martes, 4 de julio de 2017

Imaginación imposible

Imaginemos que un narco le ofrece al candidato unos millones de pesos, y que este lo rechaza (“Mire, atrevido, ¿usted está loco?”). Imaginemos que un empresario bandido le ofrece otros millones de pesos, y que el también lo rechaza (“¡No se equivoque conmigo!”). Imaginemos que un funcionario corrupto le ofrece más millones de pesos, y que lo rellena ahí mismo (“¡Ten cuidado, que soy una persona muy seria!”). Imposible imaginar que se acate lo que se plantea para la Ley de Partidos Políticos: ¡Dizque que los candidatos no acepten dinero que pudiera ser sucio! (Estoy que me duele la panza de tanto reírme).