Las declaraciones del general Joseph Dunford en una serie de reuniones con altos mandos políticos y militares de Corea del Sur parecieron un intento por aliviar el nerviosismo en Asia frente al intercambio de amenazas entre los presidentes de ambos países y mientras Corea del Norte también se ha dicho estar dispuesta a responder en caso necesario.
Dunford, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, está visitando Corea del Sur, Japón y China días después de que el presidente Donald Trump declaró que su ejército está “asegurado y cargado” y que está listo para desatar “fuego y furia” si Corea del Norte seguía amenazando a Estados Unidos
Por su parte, Pyongyang amenazó con lanzar misiles hacia las aguas cerca de Guam, un pequeño territorio estadunidense a unos 3.200 kilómetros (2.000 millas) de la capital norcoreana. Este sería un acto profundamente provocador desde la perspectiva estadounidense y ha habido un extenso debate sobre si Washington debe derribar los misiles en caso de que sean lanzados.
La crisis, que se ha cocinado a fuego lento desde el armisticio de las Coreas en 1953, ha empeorado en meses recientes ante la preocupación por el programa de armas nucleares de Corea del Norte y su posible capacidad para desarrollar armas que lleguen hasta el territorio continental estadounidense. El mes pasado Pyongyang ensayó dos misiles balísticos intercontinentales.
“Estamos buscando una solución pacífica a la crisis”, declaró Dunford a la prensa. El enviado militar también se reunió con el presidente surcoreano Moon Jae-in.
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