martes, 8 de agosto de 2017

Las fallas en el registro de gases de efecto invernadero que son una peor amenaza para el acuerdo de París que Donald Trump


Los inventarios oficiales no están registrando emisiones de potentes gases que calientan el clima, según descubrió una investigación de la BBC.

Monitores de aire en Suiza detectaron grandes cantidades de un gas proveniente de un lugar en Italia.

Sin embargo, los datos que Italia le entregó a la ONU solo registran una cantidad pequeña de emisiones de esta sustancia.

Los niveles de algunasemisiones de India y China son tan imprecisos que los expertos afirman que los números pueden ser un 100% mayores o menores.


Estos errores representan una amenaza más grande para el acuerdo sobre clima de París que la intención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de retirarse del pacto, le dijo a la BBC un grupo de investigadores.

Italia en falta

Una de las cláusulas clave del acuerdo de París, firmado por 195 países en diciembre de 2015, es que cada país, rico o pobre, tiene que presentar un inventario de sus emisiones de gas invernadero cada dos años.

Las estadísiticas sobre el uso de carbón en China han sido objeto de varias revisiones.

De acuerdo a las reglas de la ONU, la mayoría de los países elaboran sus registros con un enfoque "de abajo hacia arriba" (de lo más concreto en el terreno hacia lo más abstracto), basándose en cuantos viajes en carro se hacen o en cuánta energía se usa para calentar casas y oficinas.

Pero los programas que toman muestras de la calidad del aire y registran los niveles reales de los gases, como los que dirigen Reino Unido y Suiza, revelan muchas veces errores y omisiones.

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En 2011, científicos suizos publicaron sus datos sobre los niveles de un gas llamado HFC-23, proveniente de un sitio en el norte de Italia.

Entre 2008 y 2010, registraron muestras de esta sustancia química producida por las industrias de la refrigeración y el aire acondicionado, que contribuye 14.800 veces más al calentamiento que el CO2.

El científico Stefan Reimann ha registrado niveles elevados de gases que provocan calentamiento por todos los Alpes suizos.
Según le dijeron ahora a la BBC los científicos de la estación suiza de monitoreo del aire Jungfraujoch, todavía hay emisiones de este gas en hacia la atmósfera.

"Nuestra estimación para las emisiones de esta sustancia en este sitio en Italia es de entre 60 y 80 toneladas por año", señaló Stefan Reimann, de los Laboratorios Federales Suizos para la Ciencia de los Materiales y la Tecnología.

"Si comparamos esto con el inventario de las emisiones italianas es muy interesante, porque el inventario oficial dice que son menos de 10 toneladas, o en entre dos y tres toneladas", explicó.

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"Dicen que está pasando, pero no creen que está pasando en la medida en que lo vemos nosotros".

"Para ponerlo en perspectiva, este gas con efecto invernadero es miles de veces más potente que el CO2".

El reporte de China sobre sus emisiones tiene muy pocas páginas en comparación con el del Reino Unido.

"Por eso, sería como si una ciudad italiana de 80.000 habitantes no emitiera ningún CO2".

La agencia ambiental italiana le dijo a la BBC que su inventario era correcto y cumplía con lo estipulado por las reglas de la ONU y que no aceptaba las cifras suizas.

Errores chinos

Otro gas raro que provoca calentamiento, el tetracloruro de carbono, popular en el pasado como refrigerante y solvente pero muy dañino para la capa de ozono, está prohibido en Europa desde 2002.

Pero, según explicó Reimann, "todavía vemos que China emite entre 10.000 y 20.000 toneladas al año".

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"No hay un inventario de China para estos gases, porque están prohibidos y la industria no debería seguir liberándolos".

La forma en que China informa a la ONU sobre sus emisiones también es motivo de revisiones constantes y significativas.
Su último reporte tenía unas 30 páginas, en comparación con el de Reino Unido que tenía cientos.

En 2007, China sencillamente se negó a aceptar, en documentos oficiales, que se había convertido en el principal emisor de CO2.
"Yo trabajé en China en 2007", le explicó a la BBC Angel Hsu, de la Universidad de Yale, Estados Unidos.

"Cuando incluía citas o estadísticas que mostraban a China como el principal emisor, sencillamente las quitaban. Y me decían que el gobierno chino aún no reconoce esta estadística en particular, y por eso no iban a incluirlas".

India y el metano

La investigación de la BBC también descubrió grandes imprecisiones en los inventarios de emisiones de carbón, sobre todo en países en desarrollo.

Las emisiones de metano de India tampoco son confiables.
Metano, el segundo gas con efecto invernadero más abundante que el CO2, es producido por la actividad microbiana en los pantanos, campos de arroz, basurales, por la agricultura y en la producción de combustibles fósiles.

Los niveles globales de este gas han aumentando en los últimos años y los científicos no saben por qué.

Para un país como India, que tiene el 15% del ganado del mundo, este es un gas muy importante en su inventario. No obstante, las cifras de cuánto metano produce son inciertas.

"Lo que mencionan es que las emisiones de metano son un 50% imprecisas en categorías como rumiantes. Esto quiero decir que las cifras que entregan pueden ser un 50% mayores o menores", explica Anita Ganesan, de la Universidad de Bristol.

"Para el óxido nitroso, esto es el 100%".

Las mismas inexactitudes se aplican a las emisiones de metano de Rusia (entre un 30% y 40%, según científicos que trabajan allí).
Base endeble

"Lo que nos preocupa es lo que el planeta está experimentando, más allá de las estadísticas", señala Euan Nisbet, profesor de la Royal Holloway College, de la Universidad de Londres.

La imprecisión sobre las emisiones de metano también se extienden a Rusia.

"En el aire, vemos como sube el metano. El impacto sobre el calentamiento de este metano es suficiente como para desbaratar el Acuerdo de París".

Las reglas en torno a cómo cada país informa sobre sus emisiones están actualmente en proceso de negociación.

En opinión de Glen Peters, profesor del Centro Internacional para la Investigación del Clima, lo central del acuerdo son los planes para reducir las emisiones que cada país debe presentar cada cinco años, con la idea de aumentar sus ambiciones.

"Pero si no se puede medir adecuadamente el progreso, que es precisamente el objetivo de estos planes, básicamente no puedes hacer nada".

"Por lo tanto, sin información fiable como punto de partida, París, esencialmente, colapsa. Se convierte en una extensa discusión sin mucho progreso", es su conclusión.

@bbc