“Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová.” Levítico 27:30 RVR1960. “Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.” Números 18:21 RVR1960.El grave error que cometió la nación y el liderazgo en aquel tiempo, y solamente Dios conoce si esa práctica de generación en generación ha continuado su agitado, dañino y corrompido curso, fue robar el diezmo que el Señor ordenó diciendo "es cosa dedicada a Jehová ". Los diezmos que fueron entregados a Leví , se lo robaron, pero además, también se robaron las ofrendas.
Cada vez que se hace un uso inadecuado respecto al diezmo se produce una violación a lo establecido por Dios en ese sentido. La Iglesia debe estar alerta ante cualquier movimiento que pretenda revivir la experiencia de aquel modelo fallido al cual Dios tuvo que disciplinar.
Ocurrió en el pasado y si nos descuidamos puede ocurrir en el presente, no olvidemos jamás cuando el hombre quiso darle un toque personal al uso del diezmo, manifiesta Su Palabra: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Malaquías 3:8-10 RVR1960.
Dios sostiene un diálogo con Judá y Jerusalén cuyos principales dirigentes junto a prácticamente todo el colectivo andaban por caminos equivocados, habiéndose apartado de sus leyes y también en una total desobediencia, de tal magnitud, que el Señor en exhortación directa les comunicó: “Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros,” Malaquías 3:7B.
El pueblo estaba robando a Dios, y esta cultura atestada de ladrones se manifestó en toda la nación. Cultura que hoy amenaza con volver a inscribirse en la embarcación del diezmo, no se sabe con cuáles fines, buscando mantener su hegemonía de humillar y aplastar, para imponer una desviación en cuanto a lo que debe ser el verdadero uso del diezmo.
Cuando en el versículo 7 le preguntaran al Señor ¿ en qué hemos de volvernos?, Jehová le respondió con otra pregunta comenzando el verso 8 del capítulo 3 de Malaquías: ¿Robará el hombre a Dios?.
Hay cosas pecaminosas de la que una nación tiene que volverse si quiere estar a cuentas con Dios, si quiere salir del borde del abismo, si quiere restablecer un rumbo equivocado, si quiere andar por un camino más excelente, si quiere un futuro prominente para toda la Familia.
La nación De Dios le urgía volverse del robo que estaban llevando a cabo contra ÉL, esa acción no era conveniente ni a presente ni a futuro, ni en ningún tiempo, en el versículo 8 le volvieron a decir a Dios ¿En qué te hemos robado?, Jehová responde: “Vosotros me habéis robado en vuestros diezmos y ofrendas”.
Es muy difícil admitir, diríamos, que hay Ladrones que hasta a Dios le roban, pero este testimonio de la Biblia muestra la triste realidad de una nación inmiscuida en asunto de robar diezmos y ofrendas De Dios, valores que a ÉL pertenecen. En el versículo 9 de esta narrativa bíblica Dios derramó maldición a este comportamiento desafortunado: “Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.”
Hay que destacar que como para que no haya impunidad, Dios enfrentó el robo disponiendo el regreso del diezmo, versículo 10: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
Entretanto, decidido Dios a terminar con la desafortunada cultura de quitar a alguien algo que le pertenece, proclamó en el 11 de Malaquías 3, lo siguiente: “Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.”
Malaquías 3:11-12 RVR1960.
Noten ustedes algo, no querían admitir que se habían apartado De Dios y Su Palabra, tampoco la desobediencia en que estaban, ni tampoco que le estaban robando a Dios, sin embargo, lo que en el fondo Dios quería era eso último que le prometió a la nación en el verso 11, bendecirlo llamándole a todos ” Bienaventurados y Tierra deseable”.
El robo se puede remediar, si Dios está en el asunto.
Dios te continúe Bendiciendo.
Pastor, Antonio Regalado
