Antonio Pol Emil, director del CCDH, dijo que Marie Angie Esperanza llevaba casi tres meses trabajando en este negocio y para que ella no llegara adquirir sus derechos laborales prefirieron hacerle esta acusación perversa y temeraria.
Pol Emil recordó que esta misma jueza dejo en liberta hace poco, a un grupo de personas que estaban acusados por la DNCD y que el mismo pueblo de Hato Mayor consideran no son santos.
Visiblemente indignado observó que mientras en el país se vive una tención con el tema de violencia contra la mujer esa jueza se ensaña y descarga su odio contra otra mujer.
Precisó que en materia de derecho no aplica una medida tan drástica por el solo hecho de sustraer una pieza de pollo.
Dijo además que constituye un acto discriminatorio inhumano, racial y que demuestra la debilidad del sistema judicial.
Una vez más el Pueblo Dominicano ha demostrado ser noble y justo a la hora de ser solidario.
