Utilizo mayúsculas para referirme a Tony Peña. El también forma parte del gran grupo de hombres del béisbol dominicano que le han dado forma y cuerpo a nuestra historia deportiva en ese deporte. Cuando Tony ingresó al béisbol profesional y las ligas menores en 1976 (Piratas de Pittsburgh) empezó un peregrinaje de 4 décadas que lo ha llevado por casi todos los puestos acumulando múltiples logros.
Como jugador de liga mayor llamó la atención por su forma de recibir, aplastado en el home, pierna izquierda extendida, y asímismo tiraba a las bases. También, en una época su mañosería se distinguió porque pedía un cuarto lanzamiento intencional, de repente se agachaba y ponchaba al bateador. Pero, aparte de ello, ganó 4 guantes de oro, fue a 5 juegos de estrellas, y disparó 1,687 hits en su paso con los Piratas, Cardenales, Boston, Cleveland, White Sox y Houston. Estuvo en dos series mundiales, 1987 con San Luis vs. Minnesota, y 1995 con Cleveland vs. Atlanta. Ambas se tradujeron en derrotas.
Al final de su carrera se dedicó a dirigir en las menores de White Sox y de Houston. Siendo coach de la banca de Houston le ofertaron el puesto de manager de Kansas City y allí estuvo por casi cuatro años. Ganó el premio de manager del año Liga americana en 2003.
DATOS: En 2006 fue nombrado manager del equipo dominicano para el primer clásico mundial de ese año, pero luego declinó al aceptar un puesto de coach de banca con Joe Torre en los Yanquis.Su presencia fue requerida en el equipo durante los entrenamientos para que conociera la organización.
En 2007, a la salida de Torre, fue parte de un trío entrevistado para el puesto (también Don Mattingly y Joe Girardi), pero la posición se la dieron a Girardi.
Ha sido coach de banca y de primera desde entonces, cumpliendo ya 12 temporadas en ese club, el de más prestigio del beisbol mayor.
Mientras todo eso discurre, Tony fue un prominente jugador en la liga dominicana, ganó multiples premios, posterior a su retiro fue manager campeón y también ganó la Serie del Caribe. Es inmortal de Dominicana y del clásico caribeño.
Ahora que los Yanquis deciden salir de Girardi, también se quedan fuera todos los coaches, o al menos parte de ellos. Se desconoce si el nuevo capataz tendrá interés en que Tony siga, o la propia organización lo proponga. Ha sido un tipo fiel y de gran valía allí.
Dejando de lado esa posibilidad, Tony tiene 60 años de edad, varios negocios en el Cibao, tres hijos que dan nietos, y una vida bien armada, en el beisbol y en lo privado. Una gran historia la suya, y no hay nada de qué preocuparse. Desde algun rincón le seguirán llegando cosas buenas de su gran pasión de siempre, el beisbol.