De ellos, 50 millones fueron estadounidenses y los casi 13 millones restantes, visitantes internacionales, detalló el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio.
“Pese a los retos geopolíticos y al veto migratorio que hizo nuestra tarea de promover el turismo más difícil que nunca, nos complace ver que hemos superado esos obstáculos”, apuntó Fred Dixon, presidente de NYC & Company, la agencia de turismo de la ciudad.
Destacó que el año pasado el número de turistas europeos descendió y en cambio se incrementaron los viajeros asiáticos y suramericanos.
La cifra supone un incremento de 2,3 millones respecto a 2016 y se trata del octavo año de récord consecutivo. Se estima que continúe la tendencia positiva, con un estimado de 65,1 millones de personas para 2018.
En 2017 la ciudad sumó 4 mil nuevas habitaciones de hotel, lo que deja el recuento total en 116.500.
Se alquilaron 36,4 millones de noches de hotel, cifra 4,5% superior a 2016.
Manteniendo sus críticas al gobierno federal por su rechazo a los extranjeros, el alcalde dijo que “a pesar de los vendavales en la Casa Blanca” Nueva York seguiría “teniendo su puerta abierta al mundo”.