No sólo por sus pequeños detalles, también por sus besos y la rica comida que prepara con delicadeza y amor y sus especiales atenciones cuando llega la enfermedad, o su preocupación cuando llueve, pero más cuando hay que hacer las tareas y levantarse temprano para ir al médico o trabajar. Ella regaña con dureza y aun así el amor sigue intacto.
Dios dio este regalo a todos, los testigos de que como ella no hay dos y para cada quien la suya es la mejor. ¡Comprobado! Ella da vida, sin embargo, solo la tenemos una vez y su rol es insustituible. Por más que alguien trate, sólo ella llena el vacío que siente el corazón cuando está lejos, porque madre solo hay una. ¡Felicidades mamá!.
@listin
