Tal parece que en materia de falsificaciones este país está entre los más desarrollados de la región. No solo prolifera una alarmante adulteración de medicamentos, con todos los riesgos que supone para la salud y la economía de las familias, sino de falsificación de toda suerte de documentos.
Las autoridades, a decir de la queja conjunta de representantes de cuatro embajadas por el uso de documentos falsos para viajar a sus países, no han sido todo lo eficiente que se necesita para perseguir la práctica. Se cae en el bochorno desde que diplomáticos de países como Estados Unidos, Canadá, Francia y España tienen que acudir a la Fiscalía del Distrito Nacional para demandar que se actúe contra la falsificación de documentos.
Si en sus oficinas no detectan la falsedad de los papeles es porque la expedición se efectúa con algún sello de autenticidad. Con relación a la visita de los funcionarios a su despacho la fiscal del Distrito Nacional, Rosalba Ramos, explicó que se trató de un intercambio de ideas para afinar estrategias, pero los representantes no optaron por dorar la píldora al exponer que habían ido a quejarse de la alarmante falsificación de documentos para viajar a sus territorios.
@elnacional
