viernes, 20 de septiembre de 2019

"Blackface": por qué pintarse la cara de negro en EE.UU. y Canadá se considera un insulto racista


Durante las Navidades que se celebran en España entre los meses de diciembre y enero, cientos de cabalgatas con los Reyes Magos inundan las calles para ilusión de los más pequeños. 

Uno de ellos, Baltasar, es representado en muchas localidades con una persona de piel blanca que se maquilla la cara de negro. Este hecho, conocido como «Blackface», puede parecer normal en nuestro país. Sin embargo, cruzando el charco, llegando hasta Estados Unidos y Canadá, resulta un problema grave que acarrea consecuencias.

De hecho, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, está en la cuerda floja por una imagen que se ha hecho viral en la que aparece en 2001 disfrazado de Aladino con la cara pintada de negra.

Miles de voces han salido a su encuentro para criticarle duramente y tildándole de racista. «No debía haberlo hecho. Tenía que haber sido consciente, pero no lo fui, y lo siento realmente», ha reconocido dirigente canadiense.



Aquí es donde surge la pregunta, si en España, por ejemplo, no hubiera sido algo trascendental ¿por qué pintarse la cara de negro en EE.UU. y Canadá se considera un insulto racista? Pues bien, el término «Blackface» comenzó a expandirse en el siglo XIX, en una época en la que los juglares –hombres de piel blanca–, en espectáculos teatrales, caricaturizaban a los africanos de raza negra pintándose la piel con esmalte y corcho. 

En aquellos tiempos, los africanos eran obligados a ser esclavos para mantener las plantaciones del sur de Estados Unidos. Además, se les representaba con vestimentas andrajosas y como personas perezosas, poco cultivadas e hipersexuales. Pero no termina aquí, para ocultar la salvaje esclavitud a la que se les sometía, también les mostraban como personas felices.

Con el paso de los años, las sociedades estadounidense y canadiense fueron tomando conciencia de la connotación racista que suponía el gesto de pintarse la cara de negro debido a los orígenes de esta acción. Pese a que en aquel siglo XIX podía parecer gracioso para los blancos, era hiriente y degradante para la comunidad negra. 

Poco a poco se fue sensibilizando con la causa debido al pasado de esclavitud y el «Blackface» fue y es interpretado como un insulto racista. Tanto quisieron cortar con aquello que en el año 1960, el Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos obligó a prohibirlo, ya que lo consideraba un evidente ejemplo de racismo. Hoy, el «Blackface» puede cavar la tumba política de algunos dirigentes y acabar con su reputación.

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