Cuando las gotas se evaporan, el virus residual muere rápidamente, por lo que el tiempo que las gotas permanecen intactas afecta directamente a la transmisión del patógeno, según un estudio publicado esta semana en la revista Physics of Fluids.
Los investigadores del Instituto Indio de Tecnología de Bombay llevaron a cabo su estudio en seis distintas ciudades de todo el mundo y examinaron el tiempo de secado de las gotas de respiración de personas infectadas con covid-19 en distintas superficies que se tocan con frecuencia.
Estas pequeñas partículas del ancho de un cabello humano son expulsadas por la boca o la nariz cuando alguien con la enfermedad tose, estornuda o incluso habla.
Utilizando un modelo matemático, los especialistas descubrieron que la temperatura ambiental, el tipo de superficie y la humedad relativa desempeñan papeles críticos en la evaporación de las partículas.
Por ejemplo, una temperatura más alta ayudó a secar la gota más rápido y redujo drásticamente las posibilidades de supervivencia del virus. En lugares con mayor humedad, el tiempo de evaporación de la gota fue mayor en dos minutos, y las posibilidades de supervivencia del virus también fueron mayores.
El equipo seleccionó a Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Miami, Sídney y Singapur, y trazó la tasa de crecimiento de pacientes con covid-19 en estas ciudades con el tiempo de secado de una gota típica.
Así, determinaron que el tiempo en que se evaporaban las gotas fue más largo en las ciudades con una mayor tasa de crecimiento de la pandemia.
"En cierto modo, eso podría explicar un crecimiento lento o rápido de la infección en una ciudad en particular. Este puede no ser el único factor, pero definitivamente, el clima exterior es importante en la tasa de crecimiento de la infección", aseguró Rajneesh Bhardwaj, uno de los autores del estudio.
Al respecto, el coautor de la investigación, Amit Agrawal, considera que comprender el proceso de supervivencia del virus también puede ser útil "para otras enfermedades transmisibles que se propagan a través de las gotas respiratorias, como la gripe A".
Los científicos concluyeron que las superficies como las pantallas de los teléfonos, el algodón y la madera, deben limpiarse con mayor frecuencia que las superficies de vidrio y acero, ya que estas últimas son relativamente hidrófilas y las gotas se evaporan más rápido de allí.
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