Eileen nunca perdió las esperanzas de encontrar con vida a su nieta y fue una de las mayores impulsoras de la campaña de búsqueda de Madeleine, que desapareció el 3 de mayo del 2007 mientras estaba de vacaciones con su familia en el complejo turístico de Praia da Luz, en Portugal. Para aquel momento la niña, que tenía entonces tres años, dormía en un hotel con sus hermanos, mientras sus padres cenaban con unos amigos a unos 200 metros de la habitación.
"Cuando perdí a mi esposo John, hace dos años, pensé que mi mundo se había derrumbado. Pero perder a Madeleine es diez veces peor", dijo la abuela justo después de la desaparición de su nieta, y aseguró que "mientras no encuentren su cuerpo, nunca perderé la esperanza".
Según han informado los medios locales, ella visitaba regularmente Praia da Luz, para manifestarle apoyo a su hijo y su familia.
El pasado 3 de junio, 13 años después de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann en la región portuguesa de Algarve, el caso dio un nuevo giro cuando las policías del Reino Unido y Alemania revelaron que tienen un nuevo sospechoso de la desaparición de la menor. Se trata de un hombre de nacionalidad alemana que actualmente está encarcelado en su país por un asunto no relacionado. La Policía británica describió tal hecho como un "desarrollo significativo".
El caso de Madeleine resonó a escala mundial y recibió una gran cobertura en el Reino Unido, en parte debido a los esfuerzos de sus padres, Kate y Gerry McCann, por lograr la máxima atención. Cientos de voluntarios participaron en la búsqueda. En marzo de 2019, Netflix lanzó la serie documental 'La desaparición de Madeleine McCann'.
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