Después de casi tres meses cerradas -primero por el COVID-19 y la última semana a consecuencia de las protestas que en un principio se tornaron violentas-, hoy a las 7 de la mañana, los locales pudieron volver a su icónica arena y a su mar.
Es una imagen inusual porque no se ven prácticamente turistas, sino vecinos, y eso hace que se vea la playa mucho más despojada de lo que solía estar, inclusive temprano en la mañana.
“Vivo en Miami Beach única y exclusivamente por la playa. Poder venir a correr a la arena hace que mis días empiecen mejor”, reflexionaba Mario Herrera, un colombiano que lleva más de una década viviendo en la isla de Miami Beach y que hoy a las 7 y un segundo ya estaba haciendo ejercicio en la playa. “Lo necesitábamos” afirmaban Susan y Keith, una pareja de septuagenarios que llevaron sus propias sillas a la orilla del mar bien temprano, aprovechando las horas de calor menos intenso.
La playa reabrió, pero con muchas reglas preventivas:
Hasta el momento, según lo que Infobae pudo observar, los visitantes de la mañana están respetando lo establecido por esta nueva normalidad. Se supone que la policía estará controlando que se cumplan las reglas, aunque no se vio a ningún oficial patrullando el área.
Si bien muchos residentes esperaban con ansias esta apertura, seguramente nadie estaba más ansioso que los comerciantes del área. Para quienes operan los servicios de playa, como el alquiler de reposeras y sombrillas, hoy es un recomenzar.
“Fueron meses muy duros. La mayor parte de los que trabajamos en la playa vivimos de las propinas, que suelen ser buenas. Ahora empieza la temporada baja para Miami Beach, pero igual siempre va a ser mejor que lo que pasamos”, le explicaba Martín, un argentino que trabaja en el lugar y que desde muy temprano estaba limpiando y ordenando las sillas y sombrillas que estarán en alquiler durante el día.
Para los restaurantes fueron meses muy difíciles también. “Como nosotros estamos sobre la playa seguimos sin trabajar durante estas dos semanas en las que el resto de los restaurantes abrieron. ¿Quién va a ir a comer a un restaurante de playa cuando la playa está cerrada?”, decía Katherina, la dueña de un restaurante griego a orillas del mar que estaba ultimando detalles para abrir las puertas en la hora del almuerzo.
Había mucha ansiedad con respecto a la reapertura de la playa, pero también hay dudas. Por un lado, se teme que la gente se concentre en la arena sin respetar la distancia social.
Seguramente esto no ocurra hoy, pero hay temores con miras al fin de semana. Pero, más allá de las precauciones concernientes al COVID-19, la playa en Miami hoy reabre con problemas en sí misma.
Desde hace varios años Miami Beach lucha contra un tema severo con las algas. Las aguas cada vez más cálidas hacen que estas algas –que no son tóxicas pero que huelen muy mal- se reproduzcan de manera desmedida.
Se han realizado limpiezas constantes, pero la naturaleza es más fuerte y el regreso a la playa hoy implica un volver a lidiar con estas plantas que tanto molestan a los bañistas.