No se trata de no tener hijos, sino de tener menos hijos, un pensamiento que es el centro de una corriente ideológica que argumenta que es uno de los mejores métodos para frenar el cambio climático
Ahora que apreciamos la vida más que nunca, esa vieja normalidad que añoramos, debemos enfrentar un problema tan grave o más que el propio coronavirus: el cambio climático.
Un estudio reafirma la solución para reducir nuestra huella de carbono en el planeta y aminorar los efectos del cambio climático es no tener hijos.
La investigación, realizada por Seth Wynes y Kimberly NIcholas y publicada en la revista Environmental Research Letters, afirma que la respuesta es clara y plantea los beneficios de no tener descendencia.
Para llegar a esta conclusión se han analizado 39 artículos científicos e informes y se desarrolló una clasificación de actividades humanas con mayor huella de carbono.
La acción número uno y ganadora, la más devastadora para el planeta, es tener hijos. Si cada familia tuviera un hijo menos, se reducirían las emisiones de CO2 anuales en casi 60 toneladas.
También causarían un impacto positivo eliminar el uso de automóvil privado, reducir el número de viajes trasatlánticos en avión (1,5 toneladas) y adquirir energía de fuentes renovables en lugar de fósiles (1,2 toneladas).
Sin embargo, frente a estos datos científicos hay que quienes opinan de forma diferente y argumentan que tener más hijos aumentará las posibilidades de que alguno dé con la clave que resuelva para siempre el problema.
La huella de carbono del ser humano es inevitable. Intentar reducirla solamente con la reproducción no es, cuanto menos, polémico. También es importante que los que ya vivimos en el planeta lo cuidemos e intentemos cambiar nuestros hábitos.
@eldiariony
