Los uniformados lanzaron gases lacrimógenos y utilizaron la fuerza pública para sacar del espacio a los vendedores y compradores que se presentaron al lugar.
La decisión de desalojar a los revoltosos fue respaldada por el administrador del mercado Luis Alberto Jiménez (Bozo), al explicar que ya se había informado a usuarios y buhoneros de que el lugar sería cerrado hasta el 30 de este mes.
“Si la gente no entiende, hay que actuar con chucho”, explicó Jiménez.
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