martes, 29 de septiembre de 2020

Extrema injusticia

 


No hay duda de que la más grande injusticia de la historia de esto que parece país no es que muchos inocentes sean condenados en los tribunales; ni que se privilegie a unos pocos en los negocios del Estado; ni que se margine a las mujeres de las oportunidades que se ofrecen a los hombres. No. La más grave injusticia es que miles de seres que dejaron la vida en el cañaveral, en jornadas diarias de sol a sol, carecían hasta ahora (cuando por fin se les concedió) de una vulgar pensión de cinco mil pesos, mientras muchos pelagatos, políticos y burócratas exhiben obscenas fortunas hechas en un cuatrienio de gobierno o menos.