A fines de los 70 Joaquín Balaguer celebraba haber generado unos 300 nuevos millonarios, procedentes de una clase media que trepaba con contratistas y suplidores, agentes inmobiliarios, mercachifles y, por supuesto, corruptores de todo lo corruptible… Pero Balaguer fue un ridículo, pues en los últimos 20 años, para no ir más lejos, en este pobre país pobre podemos contar miles de nuevos millonarios, a juzgar por las declaraciones dizque juradas de políticos y burócratas de toda laya que no se ruborizan al declarar enormes fortunas en pesos y dólares (que dejan, por ejemplo, a los Vicini como chivitos jartos de jobo).