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Los casos de COVID-19 en todo el mundo han alcanzado niveles récord, con más de 330.000 contagios confirmados por día, debido a que el nuevo coronavirus ha vuelto a azotar Europa y se propaga con renovada rapidez en Estados Unidos, obligando a muchos lugares a reimponer las duras restricciones que se levantaron hace apenas unos meses.
Mucho después de que parecía que Europa había domado en buena medida al virus que resultó tan letal durante la primavera, las nuevas infecciones confirmadas están alcanzando niveles sin precedentes en Alemania, República Checa, Italia y Polonia. La mayor parte del resto del continente registra señales de alarma similares.
Francia anunció un toque de queda a partir de las 9 p.m. en París y otras grandes ciudades. Los londinenses enfrentan nuevas restricciones a las concentraciones en interiores. Holanda cerró bares y restaurantes esta semana. La República Checa e Irlanda del Norte suspendieron las clases presenciales en las escuelas. Polonia limitó el horario de operación de restaurantes y ordenó el cierre de gimnasios y piscinas.
En Estados Unidos, los nuevos casos diarios han aumentado en 44 estados, teniendo los incrementos más marcados en las regiones del centro-norte y las Grandes Llanuras, en donde el rechazo al uso de mascarillas y otras medidas preventivas es alto y con frecuencia se percibe al coronavirus como un problema exclusivo de las grandes ciudades. Los decesos diarios van en aumento en 30 entidades del país.
“Veo esto como uno de los momentos más duros de la epidemia”, dijo el doctor Peter Hotez, especialista en enfermedades infecciosas de la Escuela de Medicina Baylor, en Texas. “Los números están aumentando con rapidez. Vamos a ver una epidemia bastante grande en todo el hemisferio norte”.
El doctor Anthony Fauci, el principal experto del gobierno estadounidense en enfermedades infecciosas, dijo que la ciudadanía debería reflexionar seriamente sobre si organiza reuniones por el Día de Acción de Gracias o no.
“Todo el mundo tiene esta sensación de tradición emotiva y cálida sobre las festividades, de reunirse en grupo con amigos y familiares dentro de la casa”, declaró a la cadena ABC. “Esta vez debemos ser realmente cuidadosos y que cada familia evalúe el riesgo-beneficio de hacerlo”.
Las respuestas al repunte de contagios han variado en algunos de los estados más castigados.
En Dakota del Norte, el gobernador republicano Doug Burgum elevó el nivel de riesgo por coronavirus en 16 condados esta semana, pero no impuso restricciones obligatorias. En Wisconsin, un juez bloqueó temporalmente una orden del gobernador demócrata Tony Evers que limitaría el número de personas en bares y restaurantes.
Dakota del Sur rompió el miércoles su récord de hospitalizaciones y casos nuevos de COVID-19, y tan sólo en lo que va de octubre ha reportado más muertos a causa de la enfermedad que en cualquier otro mes completo. A pesar del oscuro panorama, la gobernadora republicana Kristi Noem se resiste a la presión de incrementar la respuesta del estado contra la pandemia.
El doctor Marc Larsen, quien supervisa la respuesta al COVID-19 en el Sistema de Salud St. Luke de Kansas City, dijo que los hospitales rurales del sistema están reportando incrementos tan drásticos como en Kansas City.
“A principios de la pandemia, se sentía que este era un problema de las grandes ciudades, y ahora está llegando a las comunidades rurales, donde pienso que no se ha puesto mucho énfasis en el uso de mascarillas y el distanciamiento social”, declaró.
El promedio de nuevos casos diarios en Estados Unidos se ha incrementado de unos 40.000 a más de 52.000 en las últimas dos semanas, según la Universidad Johns Hopkins. Durante el verano, la cifra llegó a ser de casi 70.000. El número de decesos ha permanecido relativamente estable en las últimas dos semanas, con unos 720 al día, muy por debajo de los 2.200 fallecimientos al día que tenía a finales de abril.
A nivel mundial, los decesos se han reducido ligeramente en las últimas semanas a unos 5.200 diarios, luego de alcanzar cerca de 7.000 en