viernes, 16 de octubre de 2020

“Yo nunca firmé contra­to en Grandes Ligas, pero gracias a Dios supe apro­vechar lo que me gané y tengo par de apartamenti­cos y con eso se puede vi­vir y mantener a los mu­chachitos, que es lo que uno quiere”

 
Anderson: “He invertido lo mío en blocks, varilla y cemento”

Freddy Tapia@listin

Santo Domingo, RD

Mientras ganaba aplausos con su juego alegre, acre­centaba su fama y ayuda­ba a los Tigres del Licey a ganar campeonatos, An­derson Hernández inver­tía en bienes raíces para asegurar el futuro de la fa­milia.


Aunque tenía sobradas condiciones para brillar también en el Gran Circo no pudo establecerse ni, obviamente, firmar con­tratos multianuales.


Luego de un peregrinar por varios equipos de las Mayores entre el 2005 y el 2010 (Mets de Nueva York, Nacionales de Washington, Astros de Houston e Indios de Cleveland), fijó su vista para el continente asiático y allí encontró entre 2014 y 2016 su principal fuente de ingreso.


“Me he venido prepa­rando, gracias a Dios, co­mo dicen. Yo no me he alocado. Lo que me he ga­nado no lo he botado y lo he invertido en block y va­rilla”, manifiesta en obvia referencia a algunos cole­gas que han derrochado fortunas ganadas en bue­na lid y que hasta de lejos se les ve que no están bien económicamente.


“Yo nunca firmé contra­to en Grandes Ligas, pero gracias a Dios supe apro­vechar lo que me gané y tengo par de apartamenti­cos y con eso se puede vi­vir y mantener a los mu­chachitos, que es lo que uno quiere”, subraya el pa­dre de Anderson Andrés, Anderson Jr, y Andelis, de catorce, ocho y cinco años de edad, respectivamente.


Apartamentos en la ave­nida República de Colom­bia, así como en su barrio de Pantoja, donde además tiene una plaza comercial, forman parte de los bienes de Hernández.



 

“Con eso se puede vi­vir”, recalca sin entrar en mayores y con eviden­te satisfacción Hernández, quien devengó 300 mil dó­lares con el equipo nipón Dragones de Chunichi en la temporadas de 2014, igual cantidad en el 2015 y un millón en la de 2016.


En las tres campañas que jugó en el país del “sol na­ciente”, el infielder domini­cano tuvo average de .263, fruto de 266 hits en mil 10 turnos. Su OBP fue de .310.


Retorno al Licey

Luego de una temporada para olvidar con las Estre­llas Orientales en el 2019, la única vistiendo una fra­nela diferente a la del Licey, Anderson retornará al equi­po por el que simpatiza des­de que tiene uso de razón.


Con los Tigres saldrá por un partido del retiro que anunció en agosto pasado para formalmente hacerlo con el uniforme azul y blan­co en el torneo que iniciará el 15 de noviembre.


“Me llena de orgullo, se­guir perteneciendo al equi­po que yo simpatizo. El Li­cey me ha dado muchas oportunidades, que gracias a Dios he sabido aprovechar”, apunta el Novato del Año de la estación 2005-2006.


“Heredé eso de Mami (Inés), que es una liceísta enferma. Nadie es más li­ceísta que esa y gracias a Dios caí en el Licey”, declara Hernández, quien fue selec­cionado por ese club en la tercera ronda (pick número 17 en el Sorteo de Novatos de 2002.


“Cuando muchacho, yo siempre veía los juegos y el pelotero que más me gusta­ba ver era JR Gonzalez”, re­vela sobre el jardinero cen­tral puertoplateño, uno de los “Ministros de la Defen­sa” que ha tenido la Liga Dominicana.


Indica que sus momentos cumbres los tuvo entre el 2006 y 2008, cuando junto al torpedero Erick Aybar se inició la combinación alre­dedor de la segunda almo­hadilla que fue bautizada como “Los Menores”.


Ambos, en el 2009 se unió Emilio Bonifacio, to­maron la antorcha del nu­cleo que mantuvo a los Ti­gres en primer plano y que conformaron Ronnie Be­lliard, D´Angelo Jiménez Timoniel Pérez y Manny Martínez, principalmente.


Sí algo quedó en el tin­tero de su carrera fue es­tablecerse en las Mayores. “A mí lo que me faltó fue quedarme en Grandes Li­gas, establecerme”, expre­sa Hernández, quien el día 30 de este mes cumplirá 38 años.


“Las condiciones esta­ban, pero esto es cuestión de suerte, que te den el chance. Cuando se me dio me dio el chance yo lo apro­veché, pero después deja­ron libre al manager y no jugué más”, recuerda so­bre la temporada de 2008, cuando recibió la oportuni­dad de parte de Manny Ac­ta, pero su suerte cambió cuando éste fue cesanteado como piloto.


“Yo jugaba todos los días”, relata. “Me fue muy bie. En la primera mitad estaba bateando .280”, ar­gumenta Andersón, quien luego retornó a los Mets. En ese período de 2008-2010 también militó con los Astros de Houston y los Indios de Cleveland, donde tuvo breves roles como re­servista.


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Un futuro inmortal

Récord

En la temporada de 2008-2009 dio 20 do­bles, quebrando una marca que Jesús Rojas Alou había estableci­do en el campeonato de 1963-64 con el Escogi­do. La misma había sido igualada por los refuer­zos Cecil Cooper (Leo­nes), Mike Brewer (Cai­manes y Tim Tollman (Azucareros).


Cetros

Fue miembro prominen­te de cuatro títulos de campeones ganados por el Licey (2005-2006), 2008-2009, 2013-2014, 2016-17. Entre sus me­jores momentos recuer­da vívidamente cuando en 2001 fue firmado por Marcos Briceño para los Tigres de Detroit, cuan­do obtuvo el premio de Novato del Año en Li­dom y cuando fue a los playoffs con los Mets de Nueva York (2006).