martes, 10 de noviembre de 2020

Cada año se graba merengues en cantidad meridiana. Sin difusión, no tendrá transfusión para que las venas reciban esa sangre nueva.


 Por Yordy Torres

Picoteando el Espectáculo


Las sonoridad rítmicas y fértil del género merengue se ha mantenido produciendo a través del tiempo.  Alimentando, contra vientos y marea, la bandera musical de todos los dominicanos.


Cada año se graba merengues en cantidad meridiana. 


El discurso de déficit en difusión como claramente se observa en los medios de comunicación, no seria tema de conversación, si se pudiera abrir un poco más esa ventana. 


Los merengueros grandes ligas y aquellos se mantienen en triple A y doble A, buscando el relevo generacional siguen preocupados en mantener un ritmo nacional de consumo internacional.


 En los últimos años se han grabado muchos merengues, pero sin la difusión conveniente, para inyectarle ese virus bailador que nunca falta en la alegría del dominicano.


Sin difusión, el merengue, no tendrá transfusión para que las venas reciban esa sangre nueva, continuidad necesaria para mantener viva esa alegría del patrimonio musical de la humanidad


Arriba la difusión integral del merengue dominicano.