La quisqueyana jubilada Ana Payans, de 65 años, no sabía este jueves que las autoridades de Salud habían catalogado a Mott Haven, el vecindario donde vive en el sur de El Bronx, como una ‘zona amarilla’ que impone restricciones comerciales y de reuniones. Allí los casos de COVID-19 han subido como la espuma. Pero la inmigrante se puso la mano en la cabeza, cuando se enteró que en cuestión de días la medida podría ser más severa en toda la ciudad: todo indica que cerrarán nuevamente restaurantes en el interior, además de peluquerías y gimnasios.
“Toda esta situación es una angustia que me carga asustada y con pastillas para tranquilizarme. Es terrible la situación económica que estos cierres causan. Mi hija tiene seis meses sin trabajo, al igual que mi nieto. No entiendo hacia dónde vamos con todo esto. Necesito buscar un sitio para hacerme la prueba”, reaccionó la isleña.
En efecto, el alcalde Bill de Blasio confirmó este jueves que debido a que el promedio de infección de COVID-19 de la Gran Manzana saltó por encima del 3 por ciento, es inminente que el gobernador Andrew Cuomo designe a toda la ciudad como una ‘zona naranja’. Eso implica que los restaurantes solo podrán servir en espacios al aire libre. Además los gimnasios y centros de belleza retrocederán al cierre total como en los peores días de la pandemia.
“Es cuestión de días para que esto dolorosamente se tenga que aplicar”, precisó el mandatario.
El número de casos detectados de coronavirus en la ciudad de Nueva York se elevó a 1,255 solo este miércoles, una cifra que ha venido aumentando sostenidamente que hace ya varios días rompió la barrera de menos de 550 pacientes diarios de las métricas que se mantenían en los últimos tres meses.
“Estamos apenas sobreviviendo”
Cuando el guatemalteco Germán Ramírez, quien gerencia el restaurant mexicano Santa Clarita ubicado en la calle 138 con avenida Willis, en El Bronx, se enteró de las nuevas reglas por estar ubicado en la nueva zona amarilla de la ciudad, tuvo que reducir el servicio interior de 25 personas a solo ocho.
Los vientos de regulaciones más fuertes podrían derrumbar aún más la baja rentabilidad que han presentado pequeños emprendimientos como estos que están sobreviviendo por la crisis de salud pública.
“Tenemos apenas tres mesas afuera y con el frío, a la gente no le gusta ahora sentarse afuera. Ha sido duro, pero no nos queda más que seguir luchando y ser optimistas. Es un virus que nos afecta a todos de alguna manera”, dijo el centroamericano.
También la peluquera Josefina Colón, quien tiene un salón en el sur de El Bronx, asegura que aunque desde julio pudieron abrir, todavía estos comerciantes están enfrentando meses de renta atrasada. Y con las reglas de distanciamiento social y la realidad económica de muchos clientes, duda que los pequeños negocios puedan soportar la asfixia de un nuevo cierre.
“Ya estamos totalmente ahogados de deudas. La clientela no se mueve igual. Hay tanta gente desempleada que para ellos no es una prioridad la belleza. Se cortan y se pintan ellos mismos en la casa. Un nuevo cierre si es verdad que nos acabará por completo. No llegaremos al 2021”, expresó preocupada Colón.
Cuomo: “Esto funciona”
Varias zonas del sur del Condado de la Salsa han cumplido con las métricas por encima del 5% de promedio general de infección, en los últimos siete días, para entrar en la línea de clasificación amarilla de las micro-localidades, en donde todas las empresas pueden permanecer abiertas, aunque con más limitaciones para recibir a personas en el interior.
En el caso de las casas de culto, solo puede recibir a personas en un 50% de su capacidad y los restaurantes solo cuatro personas en una mesa. Por definición se permite en estas áreas mantener los centros educativos abiertos, pero la orden de la Ciudad de cerrar todas las escuelas públicas desde este miércoles impactó más aún la vida de miles de familias.
“La buena noticia es que las micro-localidades funcionan. Los condados de Broome y Orange eran zonas amarillas y ahora han vuelto a la normalidad. Brooklyn era una zona naranja y se está reduciendo a una zona amarilla. Y para hacerlo muy simple, si te distanciaste socialmente, usabas una máscara y eras inteligente, nada de esto sería un problema”, reiteró el gobernador Cuomo cuando anunció las nuevas medidas para el Bronx y parte del oeste de Queens.
El promedio de infección en vecindarios del sur de El Bronx escaló a 5,44%. (Foto: F. Martínez)
“No estamos para jugar con esto”
El comerciante dominicano Antonio Moreno, quien ofrece justamente productos de protección contra el COVID-19 en la avenida Willis, en El Bronx, cuenta que desde que supo de esta “segunda ola” de pandemia, prefirió protegerse el doble: con mascarillas, guantes y una pantalla de vinil en su cara.
“Las reglas están muy claras y son para cumplirlas. Tengo 10 años aquí observando el movimiento de estos vecindarios. No estamos para jugar con esto. Debemos ser conscientes”, exclamó Moreno.
El alcalde De Blasio, quien este miércoles anunció la decisión de cerrar todos los edificios escolares, explicó que aunque se han tomado medidas muy dolorosas que impactan la economía de la clase trabajadora, lamentablemente “todo está cambiando para mal muy rápidamente en la Gran Manzana y en todo el país, en cuanto a la tasa de infección”.
“Aquí vemos esta situación con nuestras escuelas ahora cerradas. A pesar de esta calamidad, tenemos mejores noticias sobre las vacunas. Contamos con una nueva administración en Washington. Eso estoy seguro nos ayudará a cambiar el enfoque de COVID-19 y será mucho mejor. Estamos ya listos para distribuir la vacuna ahora mismo en la ciudad”, anunció el mandatario municipal.
¿Qué significa que NYC se convierta en ‘zona naranja’?
Todas las escuelas privadas deben cerrar y volver a la enseñanza a distancia a tiempo completo.
Los negocios, incluyendo gimnasios y centros de fitness, y los servicios de cuidado personal, incluyendo barberos, salones de belleza, spas, salones de tatuajes o piercings, técnicos de uñas y salones de uñas, cosmetólogos, esteticistas, proveedores de depilación láser y electrólisis, entre otros, deben cerrar.
Los restaurantes, bares, cafeterías y otros establecimientos de servicios de alimentos pueden ofrecer únicamente comidas al aire libre y servicio de comida para llevar y de entrega a domicilio.
Se permite un máximo de cuatro personas por mesa. No se permite comer en el interior.
Las casas de culto pueden permanecer abiertas con una capacidad del 33 %, hasta un máximo de 25 personas.
COVID-19 sube y baja
5.44% a .67% se aplastó la curva de infección en las áreas delimitadas como amarillas en El Bronx en la última semana.
4.31% fue la tasa de casos positivos en Staten Island este miércoles, con una clara tendencia al aumento.
3.86% a 2.76% bajó este miércoles el promedio de infección por COVID-19 en las zonas amarillas de Queens a la que se suma ahora Astoria.
3.57 a 4.31% subieron los contagios de coronavirus en las zonas calientes de Brooklyn.
3.01% es la ponderación de casos positivos del virus en los últimos 7 días en la Gran Manzana.
2.36% fue el promedio este miércoles.
6.73% es el promedio de contagios más alto en el estado de Nueva York focalizado en el condado de Enrie.
2.72% es la tasa total de contagios en todo el estado cuando habían estado reducida por debajo del 1,2%
@eldiariony