viernes, 20 de noviembre de 2020

Los peloteros dominicanos han perdido US$103 millones por vínculo al dopaje


 Cuando en febrero de 2009 Alex Rodríguez le dijo en ESPN a Peter Gammons que se había dopado entre 2001 y 2003 la fórmula de pronosticar estadísticas desarrollada por Bill James arrojaba que el entonces antesalista de los Yanquis terminaría su carrera con 763 cuadrangulares, uno más que el líder de todos los tiempos, Barry Bonds.


A-Rod nunca falló una prueba al uso de sustancias controladas en las 11 temporadas que jugó bajo el programa (2005-2016), pero su papel protagónico en el mayor escándalo relacionado al uso de esteroides (caso Biogenesis) le costó convertirse en apenas el cuarto hombre con 700 jonrones (les faltaron 4), le costó una fortuna y enlodó tanto su imagen como para comprometer su llegada al Salón de la Fama.


Han pasado ya 15 años desde que la MLB comenzó a aplicar un intensivo programa contra el dopaje que incluye pruebas aleatorias y suspensiones a los que arrojan positivo. Tres lustros en que carreras de inmortales quedaron sepultadas y millones en contratos fueron retenidos por los dueños de equipos. Entre los US$18,370 que en 2005 le costó al entonces lanzador Agustín Montero, primer criollo suspendido bajo la nueva política, y los US$24 millones que dejará de percibir Robinson Canó por su segundo fallo los 56 peloteros dominicanos con experiencia de MLB sancionados (28 en rosters y 28 fuera) ya han perdido en los laboratorios US$103,010,502 de acuerdo a Spotrac.



Además del prestigio ganado en una carrera de 16 años Canó habrá perdido US$35,851,852 cuando cumpla los 162 partidos pendientes y así superará los US$25 MM que dejó de ganar A-Rod al tener que ausentarse todo 2014 cumpliendo su sanción. Ningún otro pelotero ha perdido tanto dinero por esta vía.


De las 17 suspensiones por dopaje que se han traducido en pérdidas de al menos siete dígitos hay 13 que han correspondido a peloteros dominicanos.


Desde que fue instaurado el sistema ya han jugado a nivel de liga grande 538 criollos. Es decir, el 10.4% de ellos ha sido castigado por uso o vinculación a las sustancias.


A Rodríguez los Yanquis prefirieron pagarle el último año del contrato (2016) sin que se presentara al equipo, una suma de alrededor de US$21 millones.


A Canó le restan por cobrar US$48 millones, de los cuales a los Mets corresponden US$41 y el resto a los Marineros.


Cuando funciona

Melky Cabrera tuvo que renunciar a un título de bateo (2012 cuando ligó .346) por encontrarse exceso de testosterona en su cuerpo, Manny Ramírez debió ingresar a Cooperstown en 2018 con más de un 90% de los votos, pero no ha alcanzado ni siquiera el 30% en cuatro oportunidades. Miguel Tejada también comprometió sus opciones.


Si el jugador hace un cálculo de riesgo Cabrera es uno de los que la apuesta le ha funcionado puesto que consiguió contratos por US$60 millones tras pulgar la sus- pensión de 50 partidos.


A Nelson Cruz le ha ido mucho mejor, lleva US$91 millones acumulado desde ese 2013 con gran probabilidad de sumar decenas más y en lo deportivo superó los 400 cuadrangulares. Cruz pudo reivindicar su imagen, con palos en el terreno (260 vuelacercas desde entonces) y con obras sociales que les han merecido los más altos reconocimientos que se entregan en la industria deportiva.


Con otros está por verse. Francis Martes firmó al profesional por un bono de US$78,000 en 2012 y fue en 2017 cuando topó el equipo grande de los Astros, su única experiencia en el Big Show donde devengó US$360,760. Al derecho nacido en Cotuí 24 años se le encontró Clomifeno en 2019 y fue castigado con 80 partidos y en febrero pasado un reporte de la liga reveló que en una prueba reciente se halló Boldedona por lo que se le aplicó una sanción de 162 encuentros.


POR Nathanael Pérez Neró