Crean que en cualquier país medianamente civilizado si alguien se pasa un semáforo en rojo, o circula en vía contraria, o estaciona donde está prohibido, seguro lo castiga la autoridad; y si en cualquiera de esos países alguien maneja temerariamente en la carretera, es seguro que lo sancione la autoridad; y si alguien tira basura a la calle o a cualquier curso de agua, es seguro que lo sancionará la autoridad; y si alguien escandaliza o molesta como sea al vecindario a cualquier hora, es seguro que lo castigue la autoridad… Eso es allá, en el resto del mundo, donde hay lo que en este país feliz no existe: autoridad (ni quien se preocupe).