El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, se despidió este martes entre lágrimas de Delaware, su estado de residencia y al que representó durante más de tres décadas en el Senado, antes de volar hacia Washington, donde este miércoles tomará posesión de su cargo.
Biden dio un breve discurso antes de dirigirse hacia la capital estadounidense, adonde partió en un avión privado, en lugar de hacerlo en uno del Gobierno, como es la tradición para los presidentes electos, según la cadena CNN.
“Siempre seré un hijo orgulloso del estado de Delaware (...). Cuando muera, Delaware estará escrito en mi corazón”, dijo un emocionado Biden a quienes se habían congregado para despedirle en el aeropuerto de la localidad de New Castle.
El presidente electo dio las gracias al estado que lanzó su carrera política al elevarle al Senado en 1972, y que “desde entonces ha creído” en él, donde conoció a su esposa Jill y vio crecer a su familia.
“Aquí es donde, hace doce años, esperé en la estación de tren en Wilmington para que un hombre negro (Barack Obama) me recogiera de camino a Washington, para convertirnos en presidente y vicepresidente de Estados Unidos”, recordó en referencia a la investidura de 2009.
“Y donde hoy mi familia y yo vamos a volver otra vez a Washington, para reunirnos con una mujer negra con raíces del sur de Asia (Kamala Harris), y jurar nuestro cargo como presidente y vicepresidenta de Estados Unidos”, añadió.
Unos minutos más tarde, Biden y su esposa Jill saludaron desde su avión privado antes de despegar rumbo a Washington.
El equipo de transición no aclaró por qué Biden no utilizó uno de los aviones presidenciales que suelen ponerse a disposición de los mandatarios electos para su viaje a la capital, y si se trató de una decisión del propio presidente electo o no, según CNN.
El plan inicial de Biden era desplazarse en tren, el medio de transporte que utilizó a diario durante sus muchos años en el Senado para volver a casa en Wilmington (Delaware), pero su equipo descartó esa posibilidad por motivos de seguridad, tras el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero.
EFE