Apenas el gobernador Andrew Cuomo mencionó que ante el leve descenso de los casos de COVID-19 en Nueva York empezaría a abrir la válvula económica y a eliminar restricciones, miles de propietarios y trabajadores de la castigada industria de los restaurantes en la Gran Manzana, recibieron una bocanada de aire luego de 10 meses de marchas y contramarchas que tiene en la ruina a por lo menos la mitad de estos negocios.
Pero la verdad, es que nada sobre la mesa indica que este sector pueda ver pronto una luz de normalización.
Este martes la Asociación de Restaurantes del Estado de Nueva York (NYSRA) exigió a las autoridades de Salud que permitan nuevamente el servicio interior limitado al 25% de los clientes y elimine el ‘toque de queda’ que limita el horario de cierre a las 10 de la noche, para que estos establecimientos puedan iniciar la empinada cuesta de su recuperación.
“Todos estamos de acuerdo en que necesitamos reabrir la economía o no quedará nada por reabrir. Instamos al estado a dar algunos pequeños pasos en esa dirección. Cualquier ayuda contribuirá en gran medida a la supervivencia a largo plazo de muchos de nuestros restaurantes”, dijo Melissa Fleischut, presidenta y directora ejecutiva de NYSRA, en un comunicado.
Pero el Gobernador ante las presiones fue muy claro: “El comedor interior tiene una realidad muy específica en la ciudad de Nueva York y, en este momento no estamos contemplando ningún cambio“.
@eldiariony