PodráN inventarse incentivos fiscales que duren cien años; teorizar en todos los gabinetes ministeriales sobre la conveniencia de ampliar o no las relaciones con el país de al lado; ofrecer villas y castillas a los inversionistas de cualquier procedencia… Pero si el Gobierno no renuncia a la anacrónica visión estrictamente militarista de esa frontera y emprende lo que tiene que hacer (primero que nada una buena carretera a todo lo largo, mejoría de puertos y aeropuertos, energía eléctrica garantizada, agua en tubería, educación, salud y obras comunitarias), que no nos haga perder el tiempo con una ficción de desarrollo fronterizo.
sábado, 13 de febrero de 2021
Ficción fronteriza
PodráN inventarse incentivos fiscales que duren cien años; teorizar en todos los gabinetes ministeriales sobre la conveniencia de ampliar o no las relaciones con el país de al lado; ofrecer villas y castillas a los inversionistas de cualquier procedencia… Pero si el Gobierno no renuncia a la anacrónica visión estrictamente militarista de esa frontera y emprende lo que tiene que hacer (primero que nada una buena carretera a todo lo largo, mejoría de puertos y aeropuertos, energía eléctrica garantizada, agua en tubería, educación, salud y obras comunitarias), que no nos haga perder el tiempo con una ficción de desarrollo fronterizo.