AP
Beijing
China confinó a casi 1.500 estudiantes universitarios a sus residencias y hoteles tras un brote de COVID-19 en la ciudad noroccidental de Dalian.
La orden se emitió el domingo después de que se reportaran varios casos en la Ciudad Universitaria de Zhuanghe, y cientos de alumnos fueron trasladados a hoteles para hacer un seguimiento.
Los estudiantes recibirían clases a distancia y se les repartiría las comidas a sus habitaciones.
La medida era un nuevo ejemplo de la política china de tolerancia cero ante el virus, que ha trastocado las rutinas y medios de vida de la población.
Las cuarentenas, pruebas obligatorias y restricciones de viajes se han convertido en la nueva normalidad para la mayoría de la población. La tasa de vacunación está entre las más altas del mundo, y las autoridades empiezan a administrar dosis de refuerzo conforme se acerca el invierno.