Las leyes son para aplicarlas sin ningún tipo de injusticia ni privilegios, como propalaba un partido político tradicional de la República Dominicana, hoy bastante disminuido.
Y es que las leyes no fueron hechas para favorecer absolutamente a nadie en particular, sin importar su estatus social o económico, aunque lamentablemente, en sociedades sub desarrolladas como la nuestra, no se aplican con la debida rigurosidad, y ejemplos los hemos vivido en innúmeras oportunidades
Lo que le está ocurriendo con el tenista serbio Novak Djokovic, en Australia, es una muestra fehaciente de que en ese tipo de colectividad, nadie, absolutamente nadie, está por encima de las leyes y los reglamentos establecidos.
A pesar de ser el número uno del mundo, y actual campeón del torneo Abierto de Australia, está detenido a la espera de ser deportado, al intentar mediante una exención médica, participar en el evento sin estar vacunado.
Esto trajo como consecuencia que la totalidad de la población se alzara en protesta, dado que si ellos tienen más de 18 meses aislados y sin poder salir del país, no entienden que es justo que a Djokovic se le permita entrar sin que haya recibido ni siquiera la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Ojalá que este caso tenga la debida repercusión en la República Dominicana, en el sentido de que nadie, sin importar quien sea, pueda violar los protocolos y las leyes.
Este caso está en evolución, pero pueden estar seguros que no podrá competir en ese evento si se determina que no desea someterse a está violando las medidas sanitarias.
Un caso insólito, increíble
Una demostración de lo expuesto en el primer tema, es el desconocimiento por parte de la directiva de los Tigres del Licey, de un acuerdo arribado con el periodista Luis García, rubricado en presencia de autoridades de ProConsumidor, donde unas horas después de ser firmado, el equipo lo niega rotundamente.
Ello así, a pesar de que los representantes de ese equipo acudieron y firmaron ante las autoridades un documento en el que obtemperan al pedido que como fanático realizó García para que le vendieran solo las boletas en los encuentros entre Águilas y Licey en el Quisqueya.
Unas horas después del acuerdo amistoso, en la cadena de transmisión del equipo lo negaron rotundamente al que era una especie infundada”, porque “Licey es una entidad que se reserva el derecho en sus políticas de ventas.