Una de las primeras víctimas colaterales en el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania tiene que ver con el consumo de vodka ruso. En medio de la invasión rusa decretada por Vladimir Putin, varios países comenzar a retirar este producto de los anaqueles como una muestra de apoyo a los ucranianos.
Por ejemplo, la Comisión de Bebidas Alcohólicas de Nueva Escocia, en Canadá, retiró el vodka y todos los productos fabricados en Rusia de sus estantes este viernes. Asimismo, instruyó a su personal encargado del comercio electrónico para que los borrara de su sitio web.
"Dados los terribles acontecimientos que tienen lugar en Ucrania, decidimos retirar de nuestros estantes todos los productos que se fabrican en Rusia", dijo Beverley Ware, portavoz de la NSLC, en un comunicado enviado por correo electrónico. Incluyen Russian Standard en los tamaños de 750 ml y 1140 ml y Russian Standard Gold en 750 ml.
El gobierno de Ontario también ordenó a las licorerías que retiren todos los vodkas de origen ruso, luego de enfrentar presiones de la comunidad.
Y es que la lógica es sencilla: ¿qué es más ruso que el vodka, y qué sería más insultante para Vladimir Putin que boicotear su licor característico?
También en Estados Unidos, algunos bares y licorerías están vaciando sus vitrinas del vodka ruso, como señal de apoyo a Ucrania, y los boicots se están extendiendo rápidamente.
No obstante, con el tamaño de la industria internacional de bebidas alcohólicas, es difícil encontrar un vodka ruso que no sea, al menos parcialmente, propiedad de alguien en otro país. Por ejemplo, Stolichnaya y Smirnoff, que tienen sus raíces en Rusia, ahora son propiedad de empresas con sede en Europa.
Terranova y Labrador Liquor Corporation y Manitoba Liquor Mart, informaron en Twitter que también retirarían los productos rusos.
AP