Fausto Jiménez
Santo Domingo
Este sí que es un explosivo acorazado “chino”. José Ramírez envió un lanzamiento en la esquina externa hacia lo profundo del prado derecho, desde el lado izquierdo del plato, algo tan llamativo como que “no se ve todos los días” aún en grandes cañoneros. ¿De dónde saca el poder? Nadie lo puede explicar.
El infielder banilejo, de buenas a primeras, muestra unos colmillos tan cortantes que ya también reviste su coraza amagos históricos, a pesar de la gran pleitesía que se debe rendir a otros excelsos.
El jugador de 5´, 9´´, cuya mayor virtud siempre fue defensa de alcurnia desde las Menores, ya tuvo este año una semana de dos grand slams, igualando un hito como tercer dominicano ambidiestro que conecta cuatro batazos de esa envergadura. Los demás fueron Melky Cabrera y Carlos Santana (activo).
Y Ramírez monta ya una producción que le proyecta siquiera emular a los mejores hispanoparlantes, un grupo tan selecto como la especie: pararse de los dos lados del plato con poder, contacto y velocidad.
Números lineales
Los dígitos que coloca el gran acorazado, hacen pensar que puede muy bien a futuro pararse al lado… y cuidado si superar a los espectaculares Roberto Alomar, Carlos Delgado, Carlos Beltrán, Bernie Williams y Francisco Lindor. Largo trecho, pero marcha.
Ramírez llegó a los Guardianes –antes fueron los Indios- de Cleveland en 2013, con medianas temporadas promedio, hasta que desde 2016 se hizo jugador de todos los días.
Ramírez lleva promedios ofensivos muy llamativos, amén del escaso tamaño –profesional de milagro por el factor-, y un poder para muchos más que un enigma de difícil explicación.
Ramírez, con .280 de promedio histórico, juega su sexta temporada completa, con un acumulado general de 560 vueltas remolcadas o 91 por temporada (162 juegos parámetro medición), .505 de slugging (bases alcanzadas con hits), 154 robos (25 anuales, mientras colecta 167 jonrones (27/162). Los ponches por transferencia son 1.3 / 1.0.
Tiene OBP (porcentaje de embases) de .355. Su actual WAR (valor sobre del promedio de suplentes) suma 35.2.
Homólogos son boricuas
Roberto Alomar, un Salón de la Fama, en 17 años bateó .300, con .371 en el OBP, 32 bases robadas en promedio cada 162 partidos, con 14 jonrones, 63 remolcadas por año y WAR de 67.0.
Sus ponches fueron menores que los boletos 291-302.
Carlos Delgado bateó .280 en 17 temporadas, con OBP de .383, promediando 38 jonrones C/162, donde pegó un total de 473 y tuvo slugging de .556. Pero mayormente fue bateador designado, con 44.4 en WAR.
Beltrán, en sus 20 años en Grandes Ligas tuvo 70.1 en WAR, con promedio al bate de .27 y 1,587 carreras remolcadas (99 promedio), agregando 435 cuadrangulares (27). Tuvo .350 en el OBP y .486 de slugging, además de promediar 20 robos (164).
Bernie jugó 16 campañas en las que amasó 1,257 carreras empujadas (91 promedio), 147 vuelacercas (22) y su bateo terminó en excelente .297. Apenas 147 robos (11 promedio), con .381 en OBP y slugging en .477. Suma un WAR en 49.9.
Y Francisco Lindor, en sus siete años promedia .278, con 85 empujadas (C/162 J), 20 robos, 28 jonrones y 37 dobles por tiempo full, con slugging de .478, más .340 en el OBP. Suma 32.3 WAR, pero muestra dramático bajón desde 2019, hoy con proyección a 65.0 siempre que se reivindique con al menos nueve campañas más a todo dar.
Ramírez explotó el último lustro (excepto 2020 por pandemia) con 156 jonrones, 488 CE y 134 estafas, siempre como titular. Y asumiendo que al menos jugará siete años más (incluye 2022) terminaría en .288 de bateo, 350 jonrones (31 cada 162 juegos), 1,250 empujadas (97 promedio) para sumar un OBP de .370 y el slugging en .520; además, 280 robos (23/162). El WAR será 70.0.