Sepa el mundo que dos de cada diez dominicanos son terroristas que actúan públicamente y, no obstante, no son tocados por ninguna dizque “autoridad”. Esos dos millones de seres “humanos” sólo dan paz en la madrugada, cuando obligatoriamente duermen o velan sus armas, las más peligrosas de todas las que aquí hay, incluyendo los tanques del Ejército (que, por cierto, nunca vemos circulando en calles y avenidas). La situación del terrorismo es tan grave que si acaso vemos un peatón en alguna calle, es posible que sea un terrorista al que se le descompuso su terrible arma: el motor… (De ahí que motorismo sea sinónimo de terrorismo).