lunes, 18 de julio de 2022

La frase “yo no soy hijo de Poppy”, acuñada en Santiago para regatear los precios altos

 


Quienes nacimos y nos creíamos  en Santiago, conocemos o hemos escuchado hablar de las virtudes de empresario José Armando Bermúdez, cariñosamente Poppy.

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Como se desvelaba porque Santiago tuviera cosas productivas y un propulsor de los deportes.

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De su mente adelantada salió el Campo de Golf Las Aromas y el estadio de softbol donde se jugó la final de Santiago 86.

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Su empresa no solamente patrocinaba equipos, sino que tenía equipos. Verbigracia, Ron Palo Viejo, Bermúdez en la pelota amateur y los Piratas de Bermúdez con sus famosos viajes a Nueva York.

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Para ver a Poppy no había que ir a su oficina, porque él andaba en los barrios de Santiago, solo y manejando su carro.

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Me inspira esta columna, una expresión que escuché en un semáforo y que pensé que era cosa que  de viejos y no de la nueva generación.

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El señor estaba ofreciendo aguacates y cuando la muchacha preguntó el precio, la respuesta fue, “100 pesos”.

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La respuesta de la dama me sorprendió, “Yo no soy hija de Poppy Bermúdez”, dijo, indicando que estaba caro.

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Le miré la cara porque pensé que se trataba de una persona mayor, pero no, era una joven y me pregunté ¿Cómo conoce esa expresión?

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Y es que esa es una frase acuñada en Santiago cuando se regateaban los precios de algo que se iba a comprar.

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¡Ponte en precio que no soy hijo de Poppy! ¡Tan caro, tú crees que yo soy hijo de Poppy! Son expresiones comunes en Santiago.

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Una vez compré unos zapatos por 10 pesos y cuando llegué a mi casa y lo mostré, mi hermana me dijo, “Tú serás hijos de Poppy Bermúdez”.

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Parece ser, que los hijos de Poppy no deben regatear precios, así que si en un semáforo, Domingo y José Armando Bermúdez o César Hernández, preguntan por el precio de un aguacate, no tema en decirles que son 200 pesos, que esos si son, hijos de Poppy.


POR TUTO TAVARES CARTELDEPORTIVO