lunes, 8 de agosto de 2022

Pocos en Villa Juana conocían al supuesto homicida la odontóloga


 Los vecinos de José Luis Fermín Díaz (El Chamo), el mecánico electricista que el pasado 27 de julio habría estrangulado a la odontóloga Lyda Josefina Amell Bogaert, no salen de su asombro por el hecho que le atribuyen las autoridades, y preguntan cuál sería el móvil de la acción.


Son pocos los que lo conocen, porque hace breve tiempo que reside en el apartamento 3D, de uno de los edificios de la calle Francisco Villaespesa, del sector Villa Juana, en esta capital.


Los que que más de cerca trataron con él en la barriada, son dueños de un pequeño negocio que hay en la misma acera de su casa; una señora que vende café en la acera de enfrente, y conocidos en billares del sector donde era asiduo visitante.


Todos los consultados, quienes prefirieron no ser identificados, coinciden en que se trataba de un joven tranquilo, afable y buen conversador.


El vecino que al parecer sabe más sobre la vida de El Chamo, es el del colmadito, quien incluso lo llevó un día a la Iglesia Monte de Dios.


“Nosotros somos de la iglesia y él (Fermín Díaz) tenía muchos problemas en la cabeza; lo llevamos una vez para que le dieran seguimiento”, dijo el dueño del negocio.


Agregó que El Chamo es oriundo de la zona de Santiago, y que vivió un tiempo en Venezuela; que tiene hijos con los que vivía en Ciudad Nueva, hasta que se mudó en el barrio con su actual pareja (Celeste Mercedes Pérez Torres), a la cual, dijo, ha visto muy poco.


Otros de los vecinos dijo que el día anterior al suceso, vio al Chamo reparando la luz y la bocina a un camión enfrente de su casa, donde hacía sus trabajos de mecánica, que también prestaba a domicilio.

La vendedora de café, a donde cruzaba de vez en cuando a comprar, lo definió muy simpático “como buscando hacer amigos en el barrio”. Dijo que en el billar hizo “buena liga”.


ELDIA