La imagen se tomó pocos días después del deceso del cantante y se mostró a los miembros del jurado durante el octavo día del juicio contra el médico del artista, Conrad Murray, por homicidio negligente. Junto al juguete se halló un reproductor de CD y un disco compacto.
Los fiscales se centraron en la gran cantidad de drogas halladas en la casa de Jackson para tratar de convencer al jurado de que Murray fue el responsable de la muerte del intérprete de Thriller.
La defensa del galeno alegó que el artista pudo administrarse una dosis fatal de propofol cuando Murray dejó la habitación. Pero los investigadores no hallaron evidencias de que el cantante hubiera tocado los frascos del anestésico que lo mató. Más bien se encontró una huella dactilar del cardiólogo.