miércoles, 4 de abril de 2012

Las santiagueras, el rostro femenino de la Justicia en Gran Sto.Dgo



SANTO DOMINGO. En el día de ayer quedó juramentada como fiscal de la Provincia Santo Domingo, la abogada Olga Diná Llaverías, una abogada que viene a complementar el dúo de mujeres santiagueras al frente de la Justicia en la Capital.

Desde finales del año pasado, ocupa la Fiscalía del Distrito, Yeni Berenice Reynoso, otra santiaguera que, tras su destacado desempeño del cargo en su provincia, fue trasladada por el Consejo del Ministerio Público para que llenara la vacante que dejó Alejandro Moscoso Segarra, elegido como nuevo juez de la Suprema Corte de Justicia (SCJ).

El rostro femenino se destaca ahora en las principales jurisdicciones de justicia, tomando en cuenta que, Luisa Liranzo, quien se desempeñó como interina en la vacante que dejó Reynoso en Santiago, es ahora la nueva titular, según la resolución N°- 09 que dictó la semana pasada el Consejo Superior del Ministerio Público (CSMP).

En esa misma resolución se plasma la designación de Diná Llaverías, y la de siete (7) mujeres más que ocupan cargos similares en igual número de provincias. Las nueve fueron seleccionadas mediante un concurso en el que participaron tanto hombres como mujeres y en el que estas últimas fueron mayoría entre los 15 agraciados. Vale decir, que de las nueve, cinco salen de la Ciudad Corazón.

¿Están las de Santiago más preparadas?

"No es que si somos más preparadas o no. Creo que, en sentido general, lo que se está haciendo es una visibilización de toda la capacidad que tiene la mujer", responde Diná Llaverías, y recuerda que el concurso en que ganó fue a nivel nacional y abierto y que participaron hombres y mujeres.

Insiste en que "no son las mujeres de Santiago, sino que tiene que ver con la visibilización, la identificación y el valor que se le está dando a la capacidad y el desarrollo que está teniendo la mujer dentro de las instituciones".

La joven abogada no quiere ver la administración de Justicia como un asunto de demostración de fuerza o de capacidad entre géneros, sino de equidad e igualdad en las oportunidades para que los puestos sean ocupados por quienes tengan mayor calificación.