SANTIAGO (R. Dominicana).- Desorganización, atenciones infrahumanas y hasta dificultad para utilizar un ascensor confluyen en los elementos más notorios en materia de deficiencia del servicio en el hospital José María Cabral y Báez, de esta ciudad, uno de los más grandes del país, con capacidad para 600 pacientes.
A pesar de que el área de emergencias fue remodelada a un costo que sobrepasa los 22 millones de pesos, aún no ha sido inaugurada por las autoridades sanitarias en espera de su equipamiento.
Parientes de pacientes que asisten cotidianamente con alguna emergencia dicen sentirse impotentes ante la deficiencia de los servicios que reciben.
Otros expresaron a 7dias.com.do que no es solo la falta de camas y áreas acondicionadas, sino también la falta de atenciones médicas.
El caso de Luis Rosario fue puesto de ejemplo por sus propios parientes. Dijeron que el hombre, oriundo de Mao, falleció por negligencia del cuerpo médico del hospital.
Otras deficiencias se expresan en la falta de camillas y sillas de rueda.
El Cabral y Báez cuenta con 2,600 empleados, cuerpo que parece no ser suficiente para atender a los 600 pacientes que aloja y a las más de 10 mil personas que van diariamente a consulta, a la emergencia y otros asuntos.
Por más de tres décadas las autoridades sanitarias no han podido solucionar la problemática de los ascensores. De tres de ellos solo funcionan dos, que con frecuencia salen de servicio.
El Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez fue abierto al público en 1978, y hasta la fecha no ha sido acondicionado en su totalidad. Según los sismólogos, es una de las estructuras más vulnerables que tiene Santiago.
Júnior Marte/7dias.com.do