Manuel Gilbert
PUERTO PLATA.-En su discurso de toma de posesión pronunciado el pasado 16 de agosto por el presidente Danilo Medina ante la Asamblea Nacional, el nuevo gobernante del país prometió el recibimiento de 10 millones de turistas extranjeros al año a partir de la próxima década, meta que requiere inversión, disciplina y orden.
Para cumplir esa ambiciosa meta Medina deberá emplearse a fondo y convertir el impulso del turismo en la tarea primordial de su gestión, concentrando sus mejores esfuerzos en erradicar las prácticas nocivas en que incurrieron los gobiernos que le antecedieron en el ejercicio del poder.
Como se sabe, el turismo receptivo masivo se inició con la apertura en Playa Dorada en el año 1980 del hotel Jack Tar Village, hace ya 32 años y durante ese interregno se logró que la República Dominicana recibiera el año pasado la cantidad de 4.5 millones de turistas procedentes del exterior.
Si se dividen esos 4.5 millones de vacacionistas por los 32 años que tiene el turismo receptivo de masa, tendría una media anual de crecimiento de apenas 140,625 turistas, en relación a los 550,000 que se requieren como media anual para llegar a acumular los 10 millones que se ha propuesto alcanzar como meta el presidente Danilo Medina.
Para que el país alcance el objetivo de recibir 10 millones de visitantes foráneos cada año, el flamante gobernante deberá garantizar un crecimiento sostenido anual durante el próximo decenio de 550,000 turistas, propósito que aunque no es imposible, es difícil de alcanzar por múltiples factores.
De entrada deberá entronizarse en el ministerio de Turismo y en las demás instituciones del Estado que tienen relación con la toma de decisiones vinculada a permisos y otros requisitos que deben llenar los inversionistas al momento de solicitar permisos y licencias para desarrollar proyectos.
Mantenerse vigilante para evitar que funcionarios corruptos enquistados en organismos del gobierno engaveten los proyectos que se les sometan para su aprobación, cancelando sin contemplación a los que traten de macutear a sus promotores para enviar una señal clara de rechazo a la extorsión.
Asimismo, deberá incrementarse el presupuesto del ministerio de Turismo para mercadeo, publicidad y promoción de la República Dominicana y crear nuevos incentivos para atraer nuevas inversiones y para mejorar la planta hotelera de destinos cansados como Puerto Plata, para hacerlos más atractivos y relanzarlos.
La vía más propicia para alcanzar la meta de los 10 millones de turistas en 10 años es estimulando el turismo de cruceros, para lo que es indispensable que se creen atractivos y se garantice que los cruceritas no sean molestados ni asediados por vendedores, pedigüeños y trabajadoras sociales.
Para cumplir esa ambiciosa meta Medina deberá emplearse a fondo y convertir el impulso del turismo en la tarea primordial de su gestión, concentrando sus mejores esfuerzos en erradicar las prácticas nocivas en que incurrieron los gobiernos que le antecedieron en el ejercicio del poder.
Como se sabe, el turismo receptivo masivo se inició con la apertura en Playa Dorada en el año 1980 del hotel Jack Tar Village, hace ya 32 años y durante ese interregno se logró que la República Dominicana recibiera el año pasado la cantidad de 4.5 millones de turistas procedentes del exterior.
Si se dividen esos 4.5 millones de vacacionistas por los 32 años que tiene el turismo receptivo de masa, tendría una media anual de crecimiento de apenas 140,625 turistas, en relación a los 550,000 que se requieren como media anual para llegar a acumular los 10 millones que se ha propuesto alcanzar como meta el presidente Danilo Medina.
Para que el país alcance el objetivo de recibir 10 millones de visitantes foráneos cada año, el flamante gobernante deberá garantizar un crecimiento sostenido anual durante el próximo decenio de 550,000 turistas, propósito que aunque no es imposible, es difícil de alcanzar por múltiples factores.
De entrada deberá entronizarse en el ministerio de Turismo y en las demás instituciones del Estado que tienen relación con la toma de decisiones vinculada a permisos y otros requisitos que deben llenar los inversionistas al momento de solicitar permisos y licencias para desarrollar proyectos.
Mantenerse vigilante para evitar que funcionarios corruptos enquistados en organismos del gobierno engaveten los proyectos que se les sometan para su aprobación, cancelando sin contemplación a los que traten de macutear a sus promotores para enviar una señal clara de rechazo a la extorsión.
Asimismo, deberá incrementarse el presupuesto del ministerio de Turismo para mercadeo, publicidad y promoción de la República Dominicana y crear nuevos incentivos para atraer nuevas inversiones y para mejorar la planta hotelera de destinos cansados como Puerto Plata, para hacerlos más atractivos y relanzarlos.
La vía más propicia para alcanzar la meta de los 10 millones de turistas en 10 años es estimulando el turismo de cruceros, para lo que es indispensable que se creen atractivos y se garantice que los cruceritas no sean molestados ni asediados por vendedores, pedigüeños y trabajadoras sociales.
