lunes, 1 de octubre de 2012

Editorial: ¿Es suficiente con renunciar a una pensión?

No, no es suficiente, Señor Presidente. No es suficiente cuando la ilegalidad se ha puesto el traje de la ilegitimidad, cuando la premeditación fue sierva de la inequidad social y cuando la arrogancia y la soberbia intentaron imponer el oprobio. 

 No es suficiente, cuando la legalidad ha sido fabricada por el principal beneficiario de la ley, cuando la posición privilegiada e incuestionable de un funcionario le permitió convertirse en juez y parte de un proceso, y disponer de unos fondos aprovisionados por cientos de empleados de la superintendencia. 

 No es suficiente porque un funcionario está, más que nada, para servir, para administrar, para distribuir con justeza, no para convertir en botín un patrimonio que le ha costado mucho, incluso al Estado dominicano proveerlo. 

No es suficiente porque el 40% de los fondos de las 49 pensiones cuestionadas beneficiará a 6 ex funcionarios de la Superintendencia de Bancos, y porque de esos 6 ex funcionarios, 3 pertenecían al comité de administración de los Fondos de Jubilaciones y Pensiones de la superintendencia. 

 No es suficiente porque el 65% de los fondos está distribuido en pensiones menudas, dentro de las cuales se favorece, mayoritariamente (87.5%), a la mujer. Porque fue un plan, cuyo diseño está destinado a beneficiar a una minoría privilegiada. 

 No es suficiente cuando sólo se ha producido una sola renuncia a esos fondos de pensiones. Cuando la premeditación del privilegio se oculta bajo la sombra del espectáculo público que hoy se centra en un solo funcionario, pero que es un problema genérico del sistema de pensiones y jubilaciones de la nación. 

 No es suficiente cuando la legalidad esgrimida continúa vigente y brinda la posibilidad a un próximo Superintendente de Bancos de hacer esta mueca de mal gusto a toda una sociedad que se ha cansado del abuso y la inequidad social. 

 No es suficiente, Señor Presidente, y aún usted tiene muchas más razones para intervenir y posibilitar un escenario de acción donde se imponga el orden, el ejemplo, la cordura, para desmostrar que esta embarcación llamada República Dominicana, aunque se ha desviado su proa, todavía es salvable. 

 Por: Redacción Z101