miércoles, 19 de diciembre de 2012

El fracaso de los polos turísticos del Norte y el Sur


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 El único polo turístico que ha operado con éxito económico y con beneficios para la región y para la República Dominicana es el del Este.

 Se intentó darle consistencia al polo turístico del Norte y aquello naufragó estrepitosamente, pese a las leyes de incentivos, a los recursos invertidos por el gobierno y a los planes que se hicieron en pueblos como Puerto Plata, Sosúa, Cabarete y Samaná.

 Los puertoplateños nunca lograron ponerse de acuerdo. Y las peleas fueron tan agresivas que ahuyentaron a los cruceros y a los turistas, luego que le vaciaran un ojo de una pedrada a un capitán de un barco.

 Ahora intentan recuperar el terreno perdido. Playa Dorada fracasó y subsiste pobremente. El Banco Central lanzó el proyecto Playa Grande, y aquello es todavía un gasto para el Banco Central y solamente los políticos depredadores quieren quedárselo.

 Samaná, con Las Terrenas, Rincón, Portillo, Puerto Bahía, Cayo Levantado y otras zonas de gran belleza está en auge en este momento, para un turismo de más alto consumo. Hay dos aeropuertos, uno que sirve y otro que fue un barril sin fondo y que nunca sirvió para nada, en Arroyo Barril. Lo que ocurra allí depende de un Ministerio de Turismo empoderado y de un presidente con visión emprendedora, que le brinde apoyo a los empresarios que han querido lanzar una propuesta al mundo que pueda ser emparentada con Punta Cana. Samaná salvaría el turismo del Norte del país. 

 El sur fue un fracaso y se recuerda aún la construcción del Aeropuerto María Montez, que es una especie de cementerio de asfalto. Barahona, Pedernales, San Juan de la Maguana tienen una extraordinaria riqueza. Pero no hay condiciones, infraestructuras ni emprendedores que encuentren apoyo del gobierno. Todo parece indicar que mucha gente en el gobierno quiere recibir ventajas personales para autorizar inversiones allí, y las cosas no pueden ser de ese modo. 

 La capital como polo turístico no ha encontrado el apoyo necesario, y ahora con la Autopista del Coral se espera que los turistas del Este vengan a conocer las primacías de las Américas en la capital. A ver si tienen suerte. 


 Para que se consigan los 10 millones de turistas que desea Danilo Medina cada año tienen que ocurrir muchas cosas que nunca se han hecho, y tal vez ni Danilo tenga poder para hacerlas.