domingo, 29 de enero de 2017

¿Será verdad que el enamoramiento nubla la razón y acelera el corazón?

Se habla siempre de flechazo, en alusión el dios del deseo amoroso de la mitología romana Cupido, representado como un niño alado, con los ojos vendados y armado de arco y flechas, con las que atraviesa el corazón de los enamorados. Pero a la luz de la ciencia y la medicina sería más correcto comparar la primera y potente revelación del amor pasional con una droga altamente adictiva, estimulante y alucinógena, porque en lugar de una herida punzante, lo que hace es alienar la mente, trastornar la fisiología y alterar la percepción de la realidad.

 Un equipo de investigadores liderado por el Trinity College de Dublín, TCD, (Irlanda) ha descubierto los complejos procesos cerebrales que provocan los denominados flechazos del amor, duran menos de un minuto, según concluye su estudio publicado en la revista científica ‘Journal of Neuroscience’.

 Los investigadores Jeffrey C. Cooper, Simon Dunne, Teresa Furey y John P. O'Doherty han comprobado que dos personas pueden enamorarse con un cruce de miradas, al activarse ciertas zonas de la corteza prefrontal de sus cerebros, a causa de la inmediata atracción que surge entre las dos personas.

 Mediante escáneres cerebrales de resonancia magnética funcional (IRMf), han comprobado que primero la corteza paracingulada evalúa el poder de atracción de la otra persona y procura discernir si es apropiada o no para nosotros.

 Si se detecta una contradicción entre el cálculo personal y las percepciones de los demás sobre el atractivo de la persona que se está mirando, entonces se activa la corteza prefrontal medial. Asimismo, al ver a una persona atractiva se activa la corteza ventromedial, contrastando la primera impresión recibida.

 La actividad cerebral que posibilita los “flechazos” ocurre en tan sólo 30 segundos, según los investigadores, que reconocen que nuestros juicios sobre los desconocidos dependen de la percepción que tengamos de ellos durante los primeros instantes en los que tomamos el primer contacto personal.

 LA PRIMERA IMPRESIÓN ES CLAVE.

 Según el trabajo del TCD “los juicios sobre las parejas potenciales se realizan en unos pocos segundos, pero estos dependen de una compleja combinación de evaluaciones sobre la compatibilidad, física y psicológica”, por lo que “estas primeras impresiones son menos superficiales de lo que se supone”.


Entre los factores clave que valoraron los participantes en el estudio han figurado el grado de simpatía, y la feminidad, que es lo primero en lo que se fijan los hombres. En general, el primer impacto no varió al profundizarse la relación.

 "En el flechazo se activan mecanismos como la serotonina y la dopamina, que están asociados con el placer, y se desactivan los mecanismos de defensa que dejan a la persona ‘con la guardia baja’", según el psicólogo Agustín Ibáñez, que dirige el Laboratorio de Psicología Experimental y Neurociencias del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), en Buenos Aires (Argentina). 

 De acuerdo a Ibáñez, "además se producen altos niveles de oxitocina y vasopresina, dos hormonas que cumplen un papel crucial en la consolidación del vínculo amoroso”. 

 “Existen, también, ciertos inductores del flechazo asociados con vectores universales, como el atractivo físico, la fijación de la mirada, la simetría facial y la relación cintura-cadera, que son captados por nuestros sentidos, especialmente por la vista", ha explicado el director del INECO.

 Autor: María Jesús Ribas