SANTIAGO A pesar de que República Dominicana es uno de los seis países del mundo que prohíbe el aborto en todas sus modalidades, deshacerse de un embarazo es una práctica que se realiza con frecuencia de manera clandestina en centros de salud privados, en franca violación a la legislación y la constitución.
Durante un mes, Este diario visitó con cámara encubierta alrededor de media decena de clínicas ubicadas en Santiago, donde se realizan abortos al vapor por 5 mil pesos, en algunos de estos lugares captamos niveles de insalubridad que nos dejaron con la boca abierta.
Las clínicas también carecen permiso para operar.
