Aunque para muchos nunca será elegido al Salón de la Fama de las Grandes Ligas ubicado en Cooperstown, Nueva York, el dominicano Sammy Sosa piensa todo lo contrario.
Sosa conectó 609 –sexto de todos los tiempo– cuadrangulares en 18 temporadas en las Grandes Ligas, ganó el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1998 y es el único pelotero en la historia que en tres diferentes campañas disparó 60 o más jonrones.
Pero los escándalos por uso de esteroides mancharon su gran carrera, y fue entonces que los miembros de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Estados Unidos decidieron no elegirlo en su primera oportunidad en diciembre pasado.
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Sosa es apenas uno de varios peloteros que se encuentran en la misma situación. Tienen números para ser elegidos pero el fantasma del dopaje los persigue, tal es el caso de Barry Bonds, Roger Clemens, Mark McGwire y Rafael Palmeiro.
“Aún tengo 15 años para optar al Salón de la Fama, estoy tranquilito porque lo que se merece llega de una forma u otra”, declaró Sosa la noche del miércoles en un evento en Venezuela.
