En 2011, cuando Pujols tuvo su última temporada con San Luis, bateó para promedio de .299, 37 jonrones y 99 empujadas: fue la primera vez en su carrera que estuvo por debajo de los .300, y también primera vez que no llegó a las 100 impulsadas.
En 2012, en su primer año con los Angelinos luego de su contrato de diez años y US$240 millones, bajó a promedio de .285, disparó 30 jonrones y 105 empujadas, números extraordinarios para cualquier jugador, menos para él, se dijo en ese entonces.
En 2013 se lesionó por varios lugares y solo actuó en 99 juegos, terminando con .258, 17 Hrs. y 64 remolcadas.
¿Qué yo creo? Que hay que darle el beneficio de la duda. Esperar a que la campaña 2014 avance por lo menos tres meses para ver qué ha hecho y cómo se proyecta este año. Yo lo vi antenoche (en la TV) pegar un largo jonrón en su primer turno ante Seattle, y me pareció el Pujols de siempre.
Denle un poco de tiempo, pues, a ver cómo está el hombre para el 30 de junio. Tres meses es una tremenda muestra en Grandes Ligas.
