El dictador Kim Jong-un está en todas partes en Corea del Norte, desde carteles propagandísticos hasta grandes estatuas. Sin embargo, tras una orden suya, ninguna persona podrá tener el mismo nombre y quienes lo tengan tendrán que cambiarlo.
"Todos los órganos del partido y autoridades de seguridad pública deberían hacer una lista de residentes llamados Kim Jong-un y entrenarlos para que voluntariamente cambien sus nombres", dice un documento estatal interno obtenido por el canal de televisión surcoreana KBS.