miércoles, 17 de diciembre de 2014

Tony “Cabeza” Fernández, una vida dedicada a Dios y al béisbol


SANTO DOMINGO. Considerado como uno de los mejores campocortos de toda Latinoamérica en jugar en las Grandes Ligas, Tony “Cabeza” Fernández ocupa sus días predicando la palabra de Dios y demostrando sus conocimientos de béisbol en la antesala y cadena de transmisión de los Tigres del Licey. 

 Fernández ganó cuatro Guantes de Oro, y terminó su carrera con un porcentaje de fildeo de .978, superando el .972, del venezolano miembro del Salón de la Fama de Cooperstown Luis Aparicio. 

Tony invierte su tiempo en su Ministerio Deportivo, el cual lleva su nombre. En el mismo, explicó que trata de llevar el significado de los valores a los jóvenes que asisten al recinto.

 “Mis dos primeros amores fueron Dios y el béisbol, y eso no ha cambiado, claro llega la vida matrimonial, y mi esposa se convirtió en mi tercer amor. Me convertí en el 1984, desde que inicié mi carrera en la Gran Carpa sigo los caminos del Señor”.

 “El atleta no es diferente al ser humano común, lo que pasa es que tiene un uniforme de béisbol, y la gente se olvida que debajo de éste hay un ser humano con debilidades y fortalezas”, afirmó.

 Para Fernández, lidiar con su religión y el deporte fue difícil por su inmadurez y juventud.

 “El juego cambió, los tiempos también, y hay que adaptarse a los tiempos. A nosotros nos ha tocado ahora adaptarnos a esta nueva generación. Con el asunto de las redes sociales, los jóvenes tienen más distracciones, por tanto se les dificulta más enfocarse en el béisbol y desarrollar la pasión que deberían tener”.

 En MLB militó con los Azulejos de Toronto, Rojos de Cincinnatti, Mets de Nueva York, Indios de Cleveland y Cerveceros de Milwaukee.

 En la Lidom jugó durante seis temporadas con los añiles, toda su carrera en el béisbol invernal.

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