Karl Marx en El Capital, capítulo Salario plantea: “El salario está determinado por la lucha abierta entre capitalista y obrero. Necesariamente triunfa el capitalista. El capitalista puede vivir más tiempo sin el obrero que éste sin el capitalista”.
Y ese postulado, quien mejor lo han asimilado y sacado más provecho es el Sindicato de Peloteros de Grandes Ligas, que entendió que recurrir a la huelga como método de lucha no era la solución para lograr un aumento de salario.
El salario mínimo de un pelotero de grandes ligas este año es de 507,500 dólares, en Estados Unidos un obrero gana ese salario mínimo en casi 30 años.
Los peloteros hasta la década del ’70 buscaban la longaniza de AP o Baseball América para chequear sus numeritos, los de hoy desmenuzan “The Wall Street Journal” para ponerse al día del movimiento de la bolsa de valores.
La realidad, y hay que decirlo, que antes los dueños de equipos fueron abusadores, por lo tanto, es justo aceptar que ahora los bigleaguers, y su sindicato Major League Baseball Players Association (MLBPA) tienen la sartén agarrado por el mango.
Por eso Pablo Sandoval gana US$17 millones en el banco de Boston y hoy en lista de lesionados, y José Reyes, la loma de Belén, US$22 millone, y está fuera de los Rockies.
Que siga la fiesta de la paga salarial y ojalá que lo que MLB aumenta cada año, por aquí léase en “dominican people” a los obreros calificados se les pegue la ñapa por aquello de “proletarios de todo el mundo uníos”. Twitter:
@bienvenidorv
