Los máximos mandatarios olímpicos se han decantado por una solución intermedia entre la exclusión total, que reclamaba la Agencia Mundial Antidopaje, y la absolución que pedía el Gobierno ruso de Vládimir Putin.
Esa decisión intermedia consiste en que sea la federación internacional de cada deporte la que decida sobre la limpieza de los deportistas rusos.
Cada deportista ruso tendrá que presentar un informe con todos los controles que ha pasado en los últimos años, que demuestren su limpieza. Y la federación internacional que corresponda a cada deportista deberá pronunciarse en los próximos días sobre si puede o no puede participar en los Juegos de Río.
La Comisión Ejecutiva del COI, reunida por videoconferencia, ha escuchado las explicaciones del presidente del Comité Olímpico Ruso, Alexánder Zhukov, quien garantizó «la plena cooperación con todas las federaciones internacionales para arrojar luz sobre el asunto». También garantizó que el Comité Olímpico Ruso se compromete a «una reestructuración completa y exhaustiva del sistema antidopaje ruso». En este contexto, destacó que todos los atletas rusos seleccionados para los Juegos Olímpicos de Río 2016 han pasado en los últimos meses controles por las agencias antidopaje extranjeras. En total, se han realizado más de 3.000 muestras, la mayoría con resultados negativos.
La Comisión Ejecutiva del COI ha valorado el hecho de que en el «informe McLaren» no se ha formulado ninguna objeción contra el Comité Olímpico Ruso. Pero, sobre todo, lo que ha hecho al COI desistir de una exclusión colectiva de los atletas rusos es «la regla fundamental de la Carta Olímpica para proteger a los atletas limpios». O lo que es lo mismo, prevalece el derecho del deportista inocente sobre la limpieza de todo el deporte. Sin duda, una decisión que dará mucho que hablar.
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