Unos sesenta historiadores, teólogos y sacerdotes hicieron pública una carta dirigida al papa Francisco. En ella señalan siete presuntas “herejías” contenidas en su exhortación apostólica sobre la familia, “Amoris Laetitia”.
La misiva, de 25 páginas y titulada “Correctio filialis de haeresibus propagatis” (Una corrección filial con respecto a la propagación de herejías), fue remitida al pontífice el pasado 11 de agosto y difundida vía Internet este domingo (24.9.2017).
El documento, aún abierto a nuevos firmantes, sostiene que la máxima autoridad del Vaticano, el argentino Jorge Mario Bergoglio, ha asumido siete posturas heréticas en referencia al matrimonio, la vida moral y la recepción de los sacramentos “a través de su exhortación apostólica ‘Amoris laetitia’, como también por otras palabras, actos y omisiones que se le relacionan.
En la carta se subraya que el Papa “ha provocado que estas opiniones heréticas se propaguen en la Iglesia católica”.
La exhortación de Francisco, publicada en abril de 2016, el abrió la posibilidad de que, a discreción de los propios sacerdotes, las personas divorciadas y unidas en segundas nupcias puedan volver a comulgar.
Su publicación también suscitó una serie de dudas doctrinales entre los purpurados Raymond Burke, Walter Brandmueller, Carlo Caffarra y Joachim Meisner, quienes le escribieron al pontífice en septiembre de 2016 para solicitar una aclaración.
En la carta publicada este 24 de septiembre también se denuncia “la aparente influencia de las ideas de Martín Lutero” en el pensamiento de Bergoglio. Se alega que el protestante “tenía ideas sobre el matrimonio, el divorcio, el perdón y la ley divina” similares a algunas del Papa y se trae a colación el “elogio explícito y sin precedentes” que Francisco le dedicó al “heresiarca alemán” en junio de 2016, a su regreso de un viaje a Armenia.
En aquella fecha, el “hombre fuerte” del Vaticano dijo que Lutero le había dado “una medicina a la iglesia de la época”, envuelta por la corrupción.
En octubre de 2016, Francisco viajó a Suecia para participar en la conmemoración conjunta de los 500 años de la Reforma.
Entre los firmantes de la carta con las correcciones a la exhortación figuran teólogos, profesores, historiadores y sacerdotes de todo el mundo y destaca el nombre de Ettore Gotti Tedeschi, expresidente del banco vaticano, el IOR.
El “caso Milone”
A esa controversia se sumó otra que vuelve a llamar la atención hacia los presuntos conflictos de poder en el Vaticano. Este domingo (24.9.2017), el exrevisor de cuentas de la Santa Sede Libero Milone aseguró que no renunció a su puesto en junio de 2017 por voluntad propia, sino porque lo amenazaron con acusarlo de falsos delitos. “Yo quería hacer algo bueno por la Iglesia, reformarla, tal como se me pidió, pero no me dejaron”, declaró Milone en varias entrevistas.
“Pienso que el papa es una buena persona y comenzó con las mejores intenciones. Pero me temo que fue bloqueado por los antiguos poderes, que siguen allí”, añadió.
Después de dos años en el cargo, Milone dimitió sin dar a conocer los motivos, lo que se interpretó como que no podía avanzar en la reforma de las finanzas del Vaticano –consideradas poco transparentes–, uno de los objetivos de Francisco. El objetivo del experto, antiguo jefe de la firma de asesoría Deloitte en Italia, era acabar con esta opacidad.
La versión de la Santa Sede
Milone enfatizó que fue amenazado por funcionarios del Vaticano con ser detenido a menos que renunciara. El diario “Corriere della Sera” y otros periódicos recogieron sus declaraciones.
El Vaticano respondió a las acusaciones con “sorpresa y preocupación”, a la vez que criticó a Milone por romper el compromiso de guardar silencio sobre los motivos de su dimisión.
Según la Santa Sede, siendo revisor de cuentas, Milone se extralimitó en sus competencias, encargó a una firma externa de forma ilegal para espiar la vida privada de empleados del Vaticano y por eso se le exigió dejar el puesto, algo que él aceptó.
El auditor, de 69 años y con una amplia experiencia en el ámbito financiero internacional, fue nombrado por Francisco en mayo de 2015 como el primer revisor de las cuentas de la Santa Sede con el objetivo de supervisarlas y dotarlas de mayor transparencia.
Sin embargo, el pasado 19 de junio, el Vaticano anunció su dimisión sin precisar las razones y destacando que su salida, aceptada por el pontífice argentino, se producía “de común acuerdo”.
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