Su madre falleció en el 1995, y 12 años después continúa visitando la tumba donde descansan los restos de su progenitora, entre tres y cuatro veces por año.
“Es una forma de sentirla cerca y que sepa que nunca la vamos a olvidar. Le ponemos flores, velones y oramos”, dijo García a su salida del Cementerio Nacional Máximo Gómez.
Susan González desde hace 15 años asiste al Cementerio Nacional a la tumba de su padre, dice que su cariño por él sigue intacto y por esa razón acude el Día del Finado a visitarle a ese camposanto.
Como cada 2 de noviembre, decenas de personas acuden a los distintos cementerios del país. Sin embargo, las visitas son cada vez menos frecuentes en relación a años anteriores, según los comerciantes de flores y velones, quienes además se quejan de una baja en las ventas.
Además de la poca asistencia de personas al cementerio, atribuyen la situación a que las principales funerarias instalaron carpas para regalar velones y además ofrecer sus planes.
“Entendemos que las funerarias hacen un bien a los ciudadanos regalando velones y flores, pero a la vez eso baja nuestras ventas, además este año las vistas han sido mucho menos que el año pasado”, indica Fausto Jiménez, vendedor de flores, velas y velones en el Cristo Redentor, de esta capital.
Una amplia presencia de la Policía Municipal podía percibirse en ambos cementerios.
Alrededor de las 11:00 a.m., en el cementerio de la avenida Máximo Gómez se ofició una misa que encabezó el alcalde David Collado, en memoraría a los fieles difuntos.
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