Por su parte, Corea del Norte envió no solo a sus atletas sino también a artistas en un intento de mostrar una cara más amable. El dictador norcoreano Kim Jong-un incluso mandó a su hermana para la apertura así como al general Kim Yong Chol, que estuvo en la clausura.
Sin embargo las delegaciones norcoreanas no tuvieron ningún contacto con los representantes estadounidenses. Washington incluso reforzó el pasado viernes sus medidas contra Pyongyang con el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de las sanciones "más duras" hasta ahora contra el país.
En su encuentro con Kim Yong Chol el domingo, Moon pidió al Norte que dialogue lo antes posible con Washington. Según el gobierno surcoreano, el general dijo que estaba dispuesto a ello. Este lunes, Kim reiteró que "la puerta está abierta al diálogo con EEUU", según reveló el gobierno de Seúl.
"Veremos si el mensaje de Corea del Norte según el cual está dispuesta a dialogar es un primer paso hacia la desnuclearización", dijo la Casa Blanca en un comunicado. "La campaña de máxima presión tiene que continuar hasta la desnuclearización", añadió.
Kim Yong Chol se reunió el lunes con varios consejeros de Moon. La oposición conservadora surcoreana considera a este general como un criminal de guerra, sospechoso de haber torpedeado una corbeta surcoreana en 2010 en un ataque que dejó 46 muertos.
Las mencionadas conversaciones a seis (en las que participan las dos Coreas, EEUU, China, Rusia y Japón) permanecen estancadas desde hace más de una década y suponen hasta la fecha el último contacto sustancial entre Pyongyang y Washington a cuenta del programa nuclear norcoreano.
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